FRACASO EJEMPLAR

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Animadas por un notorio espíritu de superación, muchas personas no se conforman con hacer las cosas mal, se esfuerzan en hacerlas pésimamente. El alcalde de Guanajuato dio una muestra reciente (una más) de esa actitud progresista al concebir, organizar y ejecutar una de las peores acciones de gobierno de que se tenga memoria: un concierto de música electrónica, emitido durante seis horas desde El Pípila, y simpáticamente titulado CoBeat-19.

CoBeat-19 desde El Pípila (Foto: Especial)

Cualquiera diría que ya era una mala idea hacer un concierto sin público, centrado en un estilo musical que no necesariamente es del gusto mayoritario. Y sí, era mala, malísima. Pero la autoridad decidió volverla pésima tras poner en funcionamiento su mentalidad perfeccionista.

Y así, lo que seguramente empezó con la ocurrencia de hacer una actividad escandalosa que le diera al alcalde la oportunidad de llamar la atención sobre sí mismo durante media hora (porque, claro, la cosa incluyó un solemne discurso inaugural), pronto se convirtió en un acto peligroso, violatorio del ordenamiento municipal y de invasión de la intimidad durante una parte de la tarde y hasta la medianoche del sábado 13 de junio.

Y no sólo eso, lo que supuestamente se concibió para que los guanajuatenses se divirtieran en los tiempos aciagos que se viven, pasó a ser un eficaz sistema de tortura. Y lo que según ellos sería un acto seguro para las personas, de golpe, faltaba más, pasó a ser el motivo que propició la concentración de personas en espacios públicos y de fiestas en espacios privados. Dicho de otra manera, si en cualquier época del año la propuesta comentada habría sido absurda, había que hacerla peor y realizarla cuando México y Guanajuato atraviesan el momento de plena expansión de una epidemia que ha matado en el mundo a más de 430 mil personas y contagiado a 8 millones.

Gracias a tan minuciosa planeación, el acto resultó perfecto: nadie escuchó la actuación de los diyéis de forma placentera; se propiciaron reuniones en donde la sana distancia se volvió una cantaleta prescindible; se puso en el olvido el Bando de Policía y Buen Gobierno que prohíbe la emisión de volúmenes superiores a determinados decibeles después de las 10 de la noche; y por si hiciera falta, se confirmó a Guanajuato como capital no cervantina ni cultural sino del ruido y ya no solamente durante el FIC.

La situación, sin embargo, no es nueva ni debería sorprender. Ya antes el alcalde había mostrado su capacidad de innovación en el desarrollo de ideas aberrantes: instalar pistas de hielo en la explanada de la Alhóndiga; suprimir los sitios de estacionamiento en las pocas calles que antes lo admitían; adornar la ciudad con muñequitos mal imitados del Playmobil durante las fiestas navideñas; sugerir que los turistas que comen tortas en los parques y traen poco dinero no son deseables para nuestra finísima capital; autorizar la instalación de puestos de comida en la contaminadísima calle Subterránea y de carne asada en la escalinata del Teatro Juárez.

Todo eso había pasado, sí, pero supongo que un día cayó en sus manos Rumbo a peor, de Samuel Beckett, y ahí leyó la frase que cambió su vida: “Inténtalo de nuevo. Fracasa de nuevo. Fracasa mejor” (Try again. Fail again. Fail better). A partir de ese momento, la cosa mejoró, quiero decir que empeoró y en esas estamos ahora.

Y como mal haría uno en ser egoísta y no contribuir al progreso de su administración, desde aquí le propongo otras iniciativas extravagantes que podría ejecutar: 1) Cambiarle al Pípila la tea por el cubrebocas para inspirar la persistencia del combate contra la pandemia; 2) Sustituir el cursi lema “Aún quedan Alhóndigas por incendiar” por el más realista “Aún quedan muchos virus por desterrar (y muertos por contar)”; 3) Emitir desde el mismo lugar pero al doble de volumen su próximo informe de gobierno; 4) Hacer otro concierto igual, pero ahora con las nueve sinfonías de Beethoven (estamos en su año), cuya ejecución completa dura menos que el tiempo ocupado por los diyéis; 5) Lanzar despensas desde un helicóptero para evitar nuevos contagios…

Intento encontrar más propuestas desorbitadas, pero pronto me doy cuenta de que es imposible estar a la altura del nivel que la autoridad municipal ha alcanzado con tan paciente esfuerzo.