Charamuscas y Trompadas

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EL BALCÓN DEL PALACIO. Por extraño que parezca el palacio Legislativo se quedó prácticamente solo y su conciencia;  la cuarentena  en su segunda semana ha sido efectiva, porque solo los guardias, los de mantenimiento, los del restaurante y uno que otro valiente, andan en el territorio legislativo, mientras que el resto le atoran al Home Office.

Hay que reconocer que el trabajo legislativo, no se ha detenido; las comisiones, las mesas de trabajo y las actividades en algunos grupos parlamentarios se están haciendo a distancia y queda evidencia en las redes sociales, desde donde se trasmiten para el mundo.

Sin embargo, apenas va para la segunda semana de cuarentena y los contagios de COVID, con el saldo al momento de dos diputados y 10 empleados más contagiados, principalmente colaboradores de esos legisladores, no se va a detener, al contrario, tienden a aumentar.

En el caso del Congreso, la ausencia de los patrones ha generado que al capataz o los capataces,  encargados de la seguridad,  se le suba la soberbia a la cabeza y ya comenzaron a pedir cuentas a los visitantes, aunque sean consuetudinarios, que a qué viene, está cerrado, solo que sea de entrada por salida, etc., larga es la letanía de cuestionamientos, por órdenes del jefe. Así dicen cuando la perra es brava, hasta los de la casa muerde.

URGEN NUEVAS FÓRMULAS COMUNICATIVAS. Esto del Coronavirus ha dejado en evidencia la fragilidad de la comunicación entre personas cuando hay mucho ruido de fondo. Ahí se escuchan discursos variopintos  de gobernantes a todos los niveles, remedos burdos de comunicadores, ciudadanos activísimos en redes sociales, con todos los aderezos extra, reconocidos como  fake news, cadenas fraudulentas, grupos de provocadores y conspiradores, que le hacen la chamba a mediocres políticos echando maromas  para posesionar o difundir discursos o posturas que rayan en la ignorancia.

Se tiene que recobrar el origen de la comunicación, esa que marca un emisor, un mensaje y un receptor y elegir bien los canales para difundirlos, porque a estas alturas de la pandemia lo que nos queda claro, es que nadie tiene la menor idea de lo que es el COVID-19, ni cómo se transmite, es más para un buen número de personas, ni siquiera existe.

Y MIENTRAS TANTO, EN CIUDAD GUANA;  Lo que ha venido llamando terriblemente la atención es la cantidad de reportes que se reciben en el 911 por casos de violencia en casa principalmente  en contra de mujeres y niños, debido al confinamiento y dicho sea de paso, a la escasa convivencia que se da en estos tiempos del internet y las redes sociales.

Según los partes informativos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Guanajuato, más o menos desde marzo, que fue cuando se decretó el aislamiento domiciliario, los reportes de violencia crecieron en un 100 por ciento.

De 3 o 4 casos diarios que se atendían de manera regular, se fueron al doble principalmente perpetrados por parejas, ex parejas y en el caso de los menores de los padres de familia.

La violencia se viene a sumar al miedo, a la falta de trabajo y de dinero, lo que invariablemente provocará que la crisis familiar se vaya a fondo, multiplicando o profundizando,  las consecuencias de la pandemia.

A estas alturas de nada sirve que saque su bandera blanca de la paz, el remedio tiene que ser más fuerte, antes de que se cobren nuevas víctimas.