La reina Isabel en Guanajuato (1975)

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La reina Isabel II de Inglaterra en el monumento al Pípila. Imagen tomada de internet.

El 21 de abril de 1926 nació, en Londres, Inglaterra, Elizabeth Alexandra Mary Windsor, “Lilibet”, sus padres eran entonces los duques de York y no llegaron a suponer que la pequeña se podría convertir en la reina de Inglaterra, pero la abdicación de su tío, el rey Eduardo VII, le abrió un espacio en la línea de sucesión.

Su padre, Jorge VI, se convirtió, en 1936, en rey de Inglaterra cuando la pequeña Isabel tenía tan solo 10 años. La vida de “Lilibet” cambió drásticamente ya que tuvo que comenzar su preparación para convertirse en reina y comenzó a estudiar, entre otras materias, derecho, historia constitucional y francés.

Años después, el 6 de febrero de 1952 el rey Jorge VI murió de cáncer de pulmón, el ascenso al trono de Isabel de Inglaterra, que se encontraba de viaje en compañía de su marido el teniente Philip Mountbatten, en Kenia, se considera efectivo desde ese momento.

Desde el 26 de marzo de ese año su título oficial es Isabel II, por la Gracia de Dios, del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y Reina de sus otros reinos y territorios, jefa de la Mancomunidad de Naciones y Defensora de la Fe. La ceremonia de coronación de la reina Isabel II como monarca del Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Pakistán y Ceilán aconteció el 2 de junio de 1953.

La reina Isabel II, la monarca numero 40 en la historia del Reino Unido, ha cumplido, el pasado 6 de febrero, 70 años de reinado y el 21 de abril estará cumpliendo 96 años de edad.

El presidente Luis Echeverría recibiendo a la reina Isabel y su esposo. Imagen tomada de internet

A propósito de estas celebraciones recordamos, en esta ocasión, la fugaz pero intensa visita que realizó la reina Isabel II de Inglaterra y su esposo el príncipe Felipe de Edimburgo a Guanajuato en el mes de febrero de 1975 justo hace 47 años.

Se trató de la primera visita realizada por personajes de la realeza a nuestro país, ese viaje se extendió del 24 de febrero al 1 de marzo de 1975 y durante el mismo conocieron primero Cozumel y después la Ciudad de México en donde se celebró una cena en la que la pareja real escuchó canciones como “La Cucaracha”. El menú en esa ocasión, de acuerdo con la crónica de El Universal, incluyó pollitos tiernos rellenos de paté, con guarnición de corazones de alcachofa. Una cena ligera porque la pareja real viajaría luego a nuestra ciudad.

La reina Isabel II en el Pípila acompañada del gobernador Luis H. Ducoing.

El ferrocarril que trasladó a la pareja real de la Ciudad de México a Guanajuato estaba listo desde el 19 de febrero. Fue un convoy completamente reacondicionado para la ocasión, uno de los ferrocarriles más antiguos de México que había servido, aproximadamente desde 1935, para transportar a presidentes, secretarios de Estado y personajes famosos. El vagón seleccionado para la reina era el 3517, bautizado con el nombre de “Presidente Carranza”; tenía tres recámaras con baño, salón comedor, estancia para ver televisión a color. Los muebles eran de latón dorado y madera, tapizados de cuero café y pana verde.

El tren viajó por la noche del martes 25 de febrero, partió a las 23:50 a una velocidad de 60 a 70 kilómetros por hora, para llegar a nuestra ciudad de Guanajuato el miércoles 26 por la mañana, con la reconocida puntualidad inglesa, durante el trayecto y casi para llegar a Guanajuato la pareja real desayunó fruta fresca y huevos revueltos con tocino.  Así a las 10:00 horas, llegó a la estación de los Ferrocarriles Nacionales de México localizada en el barrio Tepetapa el tren en el que viajó la reina Isabel II y el príncipe Felipe de Edimburgo.

Como un gesto especial, se cuenta que fue la propia reina la que solicitó que fuesen los integrantes de los grupos de scouts los que realizaran las vallas de honor para establecer el límite entre la población que acudió a ver a la pareja real y el tránsito de los visitantes. La razón de ello es que el escultismo es un movimiento mundial que tuvo su origen, por la visión de Lord Baden Powell, en Inglaterra.  Se estimó en aquella época que fueron unas 20 mil personas las que estaban en las inmediaciones de la estación del ferrocarril para presenciar y aplaudir el inédito acontecimiento.

Durante el recorrido por el majestuoso Mercado Hidalgo. Imagen tomada de internet.

El comité de recepción estuvo encabezado por el gobernador del Estado Luis H. Ducoing Gamba y su esposa la señora Martha Alicia Nieto de Ducoing. La comitiva se dirigió al monumento al Pípila en el cerro de San Miguel, desde donde los visitantes reales pudieron observar la excepcional ciudad de Guanajuato y los minerales de Valenciana, Mellado y Rayas. El gobernador atendió las inquietudes de la reina y le explicó algunos pasajes de la fascinante historia de nuestra ciudad. La reina mostró un especial interés por la Alhóndiga de Granaditas y por la emblemática figura del Pípila.

De pronto, a una señal convenida (que no observó la reina), se desbordó la algarabía con las notas de la música que interpretaba la histórica banda del estado, una nube de globos multicolores invadió el cielo junto con el vuelo de cientos de palomas blancas que fueron liberadas, a todo ello se sumó el tañer de las campanas de Guanajuato que sonaron ininterrumpidamente en señal de fiesta y regocijo.

Luego, en un carro descubierto, un Dodge Monaco convertible, los visitantes fueron conducidos por la carretera escénica, al centro de la ciudad, recorrieron la subterránea y otras calles de la ciudad que estaban, de acuerdo con las crónicas, repletas de pequeños escolares que ondeaban, emocionados, banderitas de México y de Inglaterra y carteles con el retrato de la reina.

La reina Isabel II en el Mercado Hidalgo. Imagen tomada de internet.

Al llegar al gran Teatro Juárez había unas 5000 personas reunidas, la reina y el príncipe fueron recibidos por el maestro Isauro Rionda que entonces era el director de Cultura Popular del Gobierno del Estado quien los conduce al interior del recinto. Ya instalados en el palco de honor, la reina observó el recinto y cuentan que le dijo al gobernador Ducoing “…esto es una maravilla…”

Del Teatro Juárez se trasladaron a la Alhóndiga de Granaditas que le causó una gran impresión a la reina y donde el maestro José Chávez Morado le expuso los detalles más sobresalientes del edificio. Ahí firmó el libro de visitantes distinguidos.

Un curioso canino se aproxima a los distinguidos visitantes. Imagen tomada de internet.

Luego prosiguieron a las escalinatas de la Universidad en donde ya estaba apostada una multitud que gritaba y chiflaba emocionada, los reyes y la comitiva son recibidos con una intervención artística de la Estudiantina de la Universidad y otra de la Rondalla Santa Fe que fueron de mucho agrado para la soberana, también el rector de la Universidad de Guanajuato, Eugenio Trueba Olivares, les explicó sobre la gran tradición histórica de la institución. La reina solicitó hablar con los directores de las agrupaciones musicales y ellos le explicaron la motivación que tuvieron para participar en la recepción, ella agradeció el gesto.

La reina Isabel II disfrutando la intervención artística de los universitarios, la estudiantina y la rondalla Santa Fe. Imagen tomada de internet.

Curiosamente en la parada, de unos 15 minutos, que los distinguidos visitantes hicieron en las escalinatas de la Universidad, se aproximó a la pareja real un perro callejero que tampoco quiso perder detalle de lo que ocurría en medio del bullicio.

De ahí se trasladaron al majestuoso Mercado Hidalgo donde estaba ya una multitud reunida y donde me correspondió, como lobato del grupo scout número 3 de Guanajuato, participar en la valla. La reina y el príncipe recibieron charamuscas, fresas, cajeta, cobijas, zarapes y toda clase de obsequios que eran colocadas en una tradicional canasta de mimbre que portaba una de sus edecanes.

Invitación al banquete en honor de la reina Isabel II. Imagen de archivo.

En punto de las 12:30 horas se les ofreció, en San Gabriel de Barrera, un almuerzo al que acudieron 700 invitados y que contó con la participación artística del tenor continental Pedro Vargas. El menú incluyó melones de Uruapan al oporto, fresas y agua de limas de Silao y pipián, un platillo que es del gustó de la reina. En el brindis el gobernador Ducoing destacó lo siguiente: «Ni el poder económico ni la fuerza militar pueden hacer tanto como el corazón humano. Señora, la independencia de México se inicia en Guanajuato. Es éste un Estado prócer. Aquí se forjó la lucha por nuestra libertad«.

Un boleto de acceso al banquete en honor de los reales visitantes. Imagen de archivo.

Finalmente los visitantes fueron conducidos al antiguo aeropuerto de San Carlos en León desde donde continuó las actividades programadas en su gira oficial.

«Su Majestad ha partido de Guanajuato con una gratísima impresión y emocionada por las muestras de afecto que los habitantes del Estado y de la capital le tributaron. Me pidió que así se los hiciera saber y además, dijo sentir mucho que su permanencia en estas tierras haya sido tan breve» Así transcurrió aquel día de febrero de 1975 cuando, por primera vez, unos reyes visitaran nuestra ciudad de Guanajuato.

© J.E.V.A.2022. FEBRERO 11.