Un bajo sexto y un acordeón son suficientes para colorear aún más los puestos de verduras, sus alegres notas saltan entre nopales, calabacitas y jitomates y hacen que la gente se detenga para escuchar a un par de músicos callejeros, que en este rincón de Guanajuato se ganan la vida y alegran las de otros.
Casi todos los días estos artistas recorren la zona ubicada alrededor del Mercado Hidalgo y la calle Juárez, precisamente donde se instalan las vendedoras de productos del campo, y es ahí donde lucen su repertorio muy especializado, como por ejemplo, una cancioncita que lleva la tonada de un famoso corrido:
Una lechuga se encontraba enamorada/ de un chile verde que era muy vacilador/ pero un chayote borracho y parrandero/ a la lechuga le pagaba con amor.
Un día domingo que se fueron al mercado/ al chile verde le corrieron a avisar/ cuídate mucho que por ahí te andan buscando/ cinco chayotes te quieren escabechar….
Y la canción sigue con la triste historia del chile verde, que lo llevan a enterrar, mientras en la cocina las cebollas están llorando y todas las papas se aconsejan y se van; pero al tiempo que brotan las notas del acordeón, del bajo sexto y de las gargantas aguardentosas, también brotan las risas de las señoras que todos los días llegan de Cañada de Bustos y El Capulín; para ellas, los momentos musicales son como agua fresca. Así es la música popular.
