Desde el Faro

Historia negra de Iturbide

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La historia de México tiene muchos contrastes, como la vida de Agustín de Iturbide, quien luego de luchar contra los insurgentes propuso una alianza con ellos para alcanzar la independencia; Vicente Guerrero aceptó la propuesta del militar realista, de esta forma, el 27 de septiembre de 1824, el ejército Trigarante entró victorioso a la capital de la Nueva España.

Este hecho recuerda un acontecimiento que parece increíble, pero al ser relatado por la doctora Rocío Corona Azanza, deja de serlo. Ella señala que el 30 de noviembre de 1814, en Pénjamo, cerca de 400 mujeres fueron secuestradas y obligadas a caminar hasta la ciudad de Guanajuato, donde permanecieron en la cárcel sin formárseles causa legal alguna; y tal vez, muchas de ellas murieron en el trayecto.

En un escrito titulado “Feminismo desde la Trinchera de la Historia”, la historiadora señala que el ejército realista sacó de sus casas a las mujeres junto con sus hijos, incluso, muchas de ellas estaban embarazadas; así, con algunas cuantas pertenencias y sin alimentos, se les forzó a caminar al paso de la tropa, con la amenaza de recibir 25 azotes en caso de caer y no soportar el esfuerzo.

“No se sabe con exactitud cuántas mujeres fueron, pero en un informe enviado al virrey Félix María Calleja, Agustín de Iturbide señala haber trasladado a 300 mujeres, y un año después afirmó que eran más de mil; el número es incierto, pero queda claro que sufrieron muchas vejaciones”, dice Rocío Corona.

En el texto, la doctora en historia transcribe una carta enviada por una de las mujeres al virrey para solicitar su libertad, la cual dice: … se nos hizo caminar a pie 19 leguas desde aquel pueblo a la Congregación de Yrapuato, y catorce desde allá a la ciudad de Guanajuato en un pequeño término, sobre habérsenos crecido demasiado estas penas los lloros de nuestras criaturas que derramaban lágrimas por falta de alimentos, sobre haber tenido la continua aflicción de caminar apresuradamente para igualar así nuestro paso con el de la tropa de infantería, e impedir que se executase la orden bárbara e inhumana de dar 25 azotes a la muger que no anduviese con dicha celeridad”.

“Por desgracia, como las mujeres no fueron sometidas a un proceso legal, no he localizado documentos que pudieran respaldar los hechos, solamente las dos cartas escritas por Iturbide y la carta de una de las víctimas, sin embargo, con lo que se tiene es posible asegurar que la situación realmente existió”, asegura Corona Azanza, quien agrega : “a las mujeres se les toma como botín de guerra, se les viola y mata, sin que se hable de ello en los libros de historia, ni siquiera para mencionarlas como víctimas de guerra”.

“LOS GRITOS DE DOLORES”

Otro documento escrito por la doctora Rocío Corona es “Los Gritos de Dolores”, su más reciente libro, editado por el Instituto Estatal de la Cultura, donde a partir de expedientes judiciales, se adentra en la vida cotidiana de las familias de Dolores Hidalgo durante la época de Porfirio Díaz, y deja al descubierto las condiciones a las que eran sometidas las mujeres. Con sencillez, la autora escudriña los documentos para descubrir un mundo dominado por hombres, ayudados siempre por la autoridad judicial que disculpaba sus acciones con estereotipos como: “el hombre es violento por naturaleza” y “a la mujer le corresponde callar y obedecer”.