Caifanes le dice adiós al Festival Cervantino

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Con la Negra Tomasa como pieza final, mientras miles de capitalinos la coreaban al unísono, Caifanes, en representación de la Ciudad de México, como invitada de honor al evento, se encargó de la clausura de la edición 50 del Festival Internacional Cervantino. 

Desde las 3:00 de la tarde, comenzaron a formarse las filas de la fanaticada de Caifanes en la Alhóndiga de Granaditas, que horas después se prolongaron hasta el templo de Belén, en busca de encontrar el mejor lugar para ver a sus ídolos. 

Ya dentro del recinto, los nervios se hacían presentes entre los fans, los cuales se incrementaron después de que la banda se retrasó al menos 15 minutos en salir al escenario. 

Foto. Facebook FIC

La oscuridad invadió el recinto y poco a poco la tonalidad en escena se convirtió en magenta, y entre gritos y ovaciones, a la tarima salieron Saúl Hernández y sus Caifanes para dar inicio a la fiesta con Negro Cósmico. 

Así, durante dos horas las emociones se mantuvieron a flor de piel con Aviéntame, La Célula que Explota, No dejes qué, Los Dioses Ocultos, piezas que fueron coreadas por las más de cuatro mil personas al interior de la explanada de la Alhóndiga y las que se colocaron en las azoteas aledañas para poder se parte del evento. 

Fue la Negra Tomasa, un ícono de la agrupación, la que puso a cantar y bailar a todos los fanáticos, que al ritmo de cumbia le decían adiós a la edición 50 de la fiesta del espíritu. 

Finalizado el concierto, la oscuridad de la capital desapareció por más de dos minutos, pues los fuegos pirotécnicos, detonados en la Alhóndiga, el Pípila y desde el primer cuadro de la ciudad, iluminaron el cielo cuevanense para despedir al Cervantino