Histomagia

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Guanajuato es una ciudad visitada por miles de personas, entre ellas la visitan diversidad de artistas, actores, productores y conductores tanto de televisión, redes sociales, como empresas multinacionales del entretenimiento porque la ciudad atrae a los interesados en misterios, fantasmas y seres dimensionales que conviven con cada uno de los que vivimos aquí en este mágico lugar.

Un amigo mío que trabaja en Casa de la Cultura me cuenta que hace poco un programa de misterios latinoamericanos inexplicables vino a filmar en el panteón Santa Paula el misterio de las momificaciones aquí en Guanajuato, el tipo de suelo de peña, gavetas cerradas y demás que hace que los cuerpos humanos se transformen en casi papel, ese desecado único en el mundo. Mi amigo fue quien los acompañó a filmar para contarles y desvelar cada uno de los misterios que rodean a las inmortales momias.

Para tal efecto, estuvieron filmando por la noche en el lugar; entre tumbas, árboles, gavetas y la oscuridad anduvieron filmando, narrando, comentando, explicando cada duda que los visitantes le hacían, las sombras más oscuras de la noche se reflejaban en donde las luces de las cámaras llegaban, pareciera que los muertos salían a ver su propio documental, o extrañados salían a ver qué pasaba esa noche extraña para ello. Mi amigo le pidió a su equipo de trabajo filmara también para tener evidencia de su propio trabajo como anfitrión e investigador de la historia mágica de la ciudad. Esa jornada de trabajo se hizo en octubre-noviembre, fecha en que se hacen visitas guiadas en el Panteón Santa Paula, para vivir y convivir con los muertos y sentir, en carne propia y en vivo, que la muerte nos acompaña siempre, pues al estar vivos, ella siempre nos cuida, nos da energía y espera el momento de nuestra muerte para guiarnos en nuestro viaje final.

Los dos equipos de filmación tomaron la parte principal del panteón, la segunda parte de árboles y gavetas, y, finalmente, la zona donde se ubican los cadáveres de los niños, todo sin novedad, o eso creían. Terminaron, los visitantes agradecieron las atenciones y cada uno se fue a descansar a su hotel o a su casa. Les recuerdo que mi amigo, cada vez que llega a su casa, antes de llegar, le marca a su esposa y le pide que le deje un cambio de ropa afuera de la casa, pues se cambia su vestimenta para evitar llevar malas vibras o espíritus a su casa: así que, siguiendo su rutina de estar en estos lugares cargados de infinidad de energías, hizo lo conducente y se fue a dormir plácidamente.  

Apenas había pasado la duermevela, cuando su teléfono comienza a sonar, de inmediato y tratando de no incomodar a su esposa, mi amigo contesta y encuentra a su editor de video visiblemente consternado tanto que apenas se le entendía lo que quería decirle. Mi amigo pensó que algo le había pasado, un asalto, no sé, lo golpearon, no se´… salió del cuarto y ya en el pasillo le grito tanto como podía en esas circunstancias, que se calmara que le dijera que había pasado. Su editor ya más tranquilo le dice que en vez de contarle le enviará la evidencia tomada ese día. Y así fue. Colgaron. De inmediato le llegó a su cuenta de Facebook el video. Lo que se ve ahí es a mi amigo narrando ante cámaras el gran logro de ser visitante nocturno cada octubre en esta ciudad mágica, así como las ventajas de estar acompañados de los muertos que desde hace mucho tiempo nos cuentan en espíritu o como momias, una parte de la historia de Guanajuato. Diciendo esto, se ve en el video claramente como una persona pasa detrás de él, fugazmente, con una rapidez poco probable que sea de un ser humano cualquiera. Al ver esto mi amigo le comenta en el chat que seguro fue su acompañante de siempre, que luego se mete en las tomas como si nada, su editor le contesta que eso era prácticamente imposible porque esa noche, su adjunto no había asistido, pues fue su día de descanso. Trémulo ante lo leído, mi amigo sintió como un escalofrío recorrió su columna vertebral, y sí fue cuando dio gracias de dejar su ropa afuera de su casa, de siempre hacer una oración antes de entrar a trabajar en los panteones o en la gira itinerante de las momias como lo narramos en la anterior Histomagia. No contestó nada más, caminó lentamente a su recámara a estar seguro en los brazos de su esposa, la madrugada estaba tranquila, abrió la puerta de su cuarto y fue cuando con el rabillo del ojo vio cómo una sombra fugaz pasó afuera del ventanal que da a una vista espectacular de la ciudad, volteó de inmediato pensando que era una imaginación por el momento recién pasado, pero no: claramente la vio alejarse en dirección al cerro trozado, ahí por donde se encuentra el Panteón de Santa Paula.

Dicen los que saben que cada vez que vayas a un cementerio antes de entrar tomes una piedrita, la guardes en tu bolsa y al salir, dejarla en la puerta para asegurarle a las almas en pena que ese es su lugar, que ahí deben de permanecer como lo han hecho desde hace más de un siglo en esta fantasmal ciudad, esa piedra es el tributo y trampa a la vez para delimitar el mundo de los vivos y de los muertos y sobre todo para que no se peguen a tu alma, pues muchas de ellos sólo esperan un momento para salir de tierra santa y hacer su voluntad, y no se les puede permitir, pues en esta ciudad hay tantos fantasmas de personas que nos e han dado cuenta de que han muerto, que si se alguna que fuera maldad pura saliera, sin duda iría tras ellas para alimentarse, como lo haría, tal cual, de tu alma, por eso debes de tener cuidado cada vez que vivites un cementerio. ¿Quieres vivir una noche de octubre o noviembre en este lugar? ya te he dado el consejo mágico para mantener a esas almas en el panteón, no temas; ven, lee y anda Guanajuato.