Música de María Grever, Ponce y José Alfredo
Aún no alcanza la mayoría de edad y su voz enamora, aún más con el repertorio que a ella le fascina: la música romántica. Tal vez, el amor no ha tocado a su puerta, pero después de escucharla interpretar canciones de María Grever, Manuel M. Ponce y José Alfredo, transmite la sensación de ser una joven enamorada y así, el público queda envuelto por completo.
Eso le sucedió a quienes la escucharon en el Museo Iconográfico, la música los atrapó totalmente, su torrente sanguíneo fue inoculado y la única escapatoria fue disfrutar y aplaudir, y es que se combinaron la voz de Samantha, el piano de Carlos de Anda y la inspiración de la compositora leonesa, de Ponce y de José Alfredo.
El programa comenzó con esa canción que habla de una mujer que finge tener una existencia siempre llena de dicha y de placer, pero reconoce su soledad: “si yo encontrara un alma como la mía/ cuántas cosas secretas le contaría/ un alma que al mirarme sin decir nada/ me lo dijese todo con su mirada…”.
Después de “Alma Mía” llegó la pieza que María Grever compuso a su esposo durante un tiempo que estuvo fuera del país: “cuando vuelva a tu lado y estés solo conmigo/ las cosas que te digo no repitas jamás/por compasión/ une tu labio al mío, estréchame en tus brazos / y cuenta los latidos de nuestro corazón…”.
Luego, la tierna obra que Grever también compuso en el extranjero y al regresar a México cantó a su hija: “te quiero, dijiste/ tomando mis manos/ entre tus manitas / de blanco marfil/ y sentí en mi pecho/ un fuerte latido/ después un suspiro/ y luego el chasquido/ de un beso febril / muñequita linda….”.
Las canciones “Lejos de Ti”, de Manuel M. Ponce; “Si nos Dejan” y “Deja que Salga la Luna”, de José Alfredo, también formaron parte del programa; pero la que hizo suspirar a muchos fue “Dime que Sí”, de Alfonso Esparza Oteo,: “dicen que en tu cara morena/ tiemblan otros besos de amor/ nada me importa la vida/ sabiéndote ajena/ dime que mienten/ que nunca/ tendrás otro amor… “.
No puede haber una buena cantante si junto a ella no está otro buen intérprete como Carlos de Anda, él tocó “Lamento Gitano”, de María Grever; “Dios Nunca Muere”, de Macedonio Alcalá, y la dulcísima obra de Manuel M. Ponce, que dice: “Estrellita del lejano cielo/ que miras mi dolor/ que sabes mi sufrir/ baja y dime si me quiere un poco/ porque yo no puedo sin su amor vivir….”
Esa noche, el público salió con la sensación de que la música envuelve todo, y el mundo cambia bajo el influjo de la belleza.