De boca en boca se cuenta que en los alrededores de esta mágica ciudad existen almas que se les aparecen por las noches y madrugadas a los conductores de autos y personas solitarias que transitan por las carreteras o caminos viejos de terracería que los llevan a su destino. Guanajuato es algo más que historias mineras, de independencias o de estudiantes, lo que sucede aquí siempre serán parte oculta, pero como dije, de boca en boca sale la verdad de lo que pasó, pasa y pasará con los fantasmas, pues sucede como con la mayoría de las tumbas del panteón Santa Paula: a perpetuidad.
Me cuenta un amigo taxista que esta semana, entre las manifestaciones del #8M, los espectros femeninos tuvieron a bien salir y manifestarse a su manera: por los caminos de Guanajuato. Ahí por el centro de la ciudad le hizo la parada un borrachito quería que lo llevara a Santa Teresa, municipio cerca de aquí, de hecho, la dirección precisa era un poco más allá por la carretera libre a León. Esa madrugada el frío arreciaba para dejar atrás el calor de la tarde que parduzca daba una premonición de que ese día no terminaría en paz, como los otros días, si no que la algarabía de las mujeres en protesta por sus derechos hizo revuelo de energías que buscaron salir como fuera para hacer sentir su presencia y dejar en claro de una vez por todas que ni la muerte puede callar a las mujeres que claman justicia aquí y desde el más allá.
Pues bien, el taxista me cuenta que cuando iba pasando por la vía del tren bajó la velocidad para poder cruzar sin dificultad, en el asiento de atrás iba el borrachito, mi amigo miró un instante por el retrovisor y vio los ojos perturbados del hombre, fijos en el parabrisas, volteó de inmediato y entonces la vio, el auto se desplazaba lentamente, y al frente la mujer de blanco casi toca el cofre, pasó a su lado, el taxista sintió un frío dentro del auto se veía claramente que el vaho salía de su boca entrecerrada por el terror que sintió al verla pasar en su portezuela, por un momento el tiempo se detuvo, ella y el taxi coincidieron en segundos sincronizando sus movimientos y velocidad dando idea de que ella estuviera levitando al compás del auto…mi amigo, estático y con las manos pegadas al volante, sólo atinó a voltear de reojo y ver el vaivén de la falda de la aparición quien silenciosa y tranquila siguió su camino con su eterno andar con el pelo largo, lacio, de un profundo café oscuro que revoloteaba al compás de ese viento frío que la mantenía en vilo entre la muerte ya sufrida y la vida que trae a la aparecida para recordar infinitamente el eterno peregrinar de las almas aquí en Guanajuato.
El encanto sólo duró unos momentos, el freeze se terminó al momento que los primeros rayos del sol tocaron mágicamente el taxi, ¿cuánto tiempo había pasado? mi amigo no tuvo idea, sólo atinó a seguir la carretera y a preguntarle al borrachito: “¿usted también la vio?”, el beodo, desde sus miedos más profundos, sólo atinó a negar lo vivido diciendo: “¿a quién?” y su mirada volvió al horizonte.
Dicen los que saben que los muertos se aparecen donde murieron, las vías de tren son socorridas por los espectros también las carreteras dados los accidentes o por violencia de género que ahí ocurren, vaya uno a saber, pero las vidas, esas vidas regresan, pues la muerte sólo anda acompañada de vida, ya sea en el más acá o en el más allá, porque la muerte, mientras existamos, nos acompañará hasta el fin de los tiempos, por eso el culto a la milagrosa Niña Blanca, la Santa Muerte, porque ella está desde el inicio, desde que la vida es vida y muerte a la vez, por eso los aparecidos, por eso esas almas, esos muertos que se suben, que cantan y murmuran sus melodías a quienes deben recibir el dinero o los favores que cada alma atormentada entrega a quienes ellos decidan. La muerte es también felicidad. Nunca nos vamos de aquí. Seguimos en la eternidad, somos energía, espíritus, almas que nos encontraremos a donde vayamos, somos millones en esta vida sincrética con la muerte. ¿Quieres conocer el camino de la mujer de blanco? Ven, lee y anda Guanajuato.