Desde el Faro

Cuando el Violinista “Desnuda” su Alma y el público enloquece

Compartir

Concierto de la OSUG en el Principal

Armado con tan solo una caja de madera, cuatro cuerdas y un arco, el violinista logra transmitir un mundo de belleza y el público, embelesado, no se cansa de aplaudir, como agradecimiento a lo que acaba de escuchar.

En el centro del escenario, Boris Brovtsyn recién había interpretado, como encore, – “pieza extra”- una parte de la Segunda Partita, de Bach, obra que en su conjunto requiere mucha destreza y sensibilidad auditiva que obligan al músico, prácticamente a “desnudar” su alma y recrear las sensaciones que el autor quiso hacer sentir tanto al ejecutante como al público.

El violinista sólo interpretó el tercer movimiento -La Zarabanda- ; fueron cuando mucho unos 5 minutos, tiempo suficiente para emocionar, incluso a los músicos de la OSUG. Colocados muy cerca de Brovtsyn, violines primeros y violonchelistas, parecían estar absortos ante los impulsos suaves e impetuosos del músico invitado, y el público no pudo disimular el entusiasmo frente a la magnitud de la obra y su ejecución. La gente aplaudió y aplaudió, como queriendo alargar aún más la sesión, pero el artista, con su caja de madera ya había dado todo.

Previamente, Boris Brovtsyn interpretó, acompañado por la orquesta universitaria, el Concierto para Violín no. 2, de Bela Bartók; donde el autor refleja el amor por su patria – Hungría – amenazada por el avance del fascismo; en ese contexto nació la obra, que contiene muchos acercamientos a la música popular húngara, por ello, despierta la sensación de una espontaneidad lúdica que hace sentir como si la música fuese inspirada en el mismo momento en que se ejecuta.

La obra está compuesta por 3 movimientos, en el primero – allegro non troppo- se siente un ritmo que recuerda la vivacidad frenética de un baile de pueblo; en el segundo – andante tranquilo – se siente un tono más sombrío, casi sollozante; y en el tercero –allegro molto- se concluye con una explosión sonora con colores muy vivos.

En cuatro ocasiones el violinista tuvo que salir a recibir los aplausos del público, quien de plano se entregó al músico y provocó la ejecución de la “pieza extra” y con ello se produjo el momento cumbre de la noche.

LA PROGRAMACION

El programa se completó con: El Mandarín Milagroso, también de Bartok, y 2 obras de Stravinsky: Polka de Circo, y Sinfonías de Instrumentos de Viento. Así fue el programa 10, interpretado por la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, bajo la dirección de Roberto Beltrán Zavala.

PD.- Es recomendable escuchar completa la Partita No. 2 de Bach; obra monumental del músico alemán, que muchos consideran como “un triunfo del espíritu sobre la materia”