Histomagia

MARZO

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«Confía en la magia de los nuevos comienzos».

Vox populi

Guanajuato es una ciudad establecida a la rivera de varios ríos que confluyen y traen el agua prístina en los tiempos de lluvia que bajan cantarinas y argentinas, contentas, que dan de beber a la tierra y a los habitantes de aquí rodeados de cuevas que les permitieron sobrevivir allá en los albores del tiempo.

Muchas almas se han establecido aquí para vivir desde el más allá la magia que desde tiempos antiguos se sabe han establecido aquí. Por ejemplo, este mes, marzo, trae consigo sí la primavera, pero también rituales que han permitido que la gente pueda sobrevivir a las tempestades de sus propios demonios internos y de los de demás, porque es tan cierto que debemos de controlar esas emociones que salen de los más profundo de nuestra alma, de esa parte oscura que pensamos que no tenemos pero que siempre está ahí acechándonos y a la menor provocación sale y no nos deja vivir en paz.

Pues bien, me cuenta mi amigo Saúl, intrépido y valiente, que cuando él llegó a esta mágica ciudad, él era un simple visitante, no pensaba quedarse aquí, pero una de las cosas que lo llevo a establecerse en este lugar es saber que todo aquí es mágico, desde los caminos solitarios nocturnos que rodean esta ciudad, las cuevas que están desde los cerros mirándonos, hasta el cielo donde la noche y el día a veces se confunden porque aquí, la tarde se hace noche pronto porque los cerros protegen y cubren la ciudad, a decir de Jorge Ibargüengoitia: “la ciudad se nos viene encima” y sí, pero ella sabe que es para cuidarnos de aquello que no vemos pero que muchas de las veces sí sentimos en las madrugadas frías como el viento serrano que nos comunica novedades y que se lleva muchas de la veces las maldiciones latentes foráneas. Además San Ignacio de Loyola, Patrono de esta ciudad, desde esas altas cuevas a veces se toma, “como accidente” a algunas almas jóvenes para que sigan cuidándonos desde allá arriba, porque los muertitos no se van, se quedan siendo parte de magia inclinándose  hacia el bien o hacia el mal.

El asunto es cuando esa malocha o maldición, las hacen los del mismo pueblo a las mismas personas que lo habitan. Es increíble cuanta es la soledad, la maldad, la envidia, los celos, ese sentir que no se puede sacar del corazón y que sólo mediante hechizos, salmodias y embrujos, al parecer los puede ayudar a lograr tener lo que no tendrán nunca: paz en sus corazones y sus almas.

Saúl me dijo que precisamente este mes, marzo, es uno de lo que más ayudan a las buenas o malas magias y que pueden ayudar a salir de los problemas. Me contó que uno de los rituales que él sigue haciendo cada primer viernes de marzo es el irse a bañar al río, o bañarse en su casa con agua de río para que las mujeres que él quiera conquistar lo vena más galante, más atractivo y que además le vaya bien con su prosperidad, con su dinero. Me dice que a él le ha resultado, tanto que hasta un buen negocio tiene aquí.  Sin duda él ha corrido con suerte, pero no todas las personas han logrado salir de las maldiciones que esos que se dicen amigos les echan.

Decía mi abuela paterna que por eso es mucho mejor siempre tener plantas y animales en la casa para que ellos puedan absorber la maldad y la crucen, la crucifiquen, sobre todo en este mes, y ya conjurada, nunca llegue a ti.

Los que saben dicen que marzo trae la renovación de la vida, de la luz, de la prosperidad, pero también si pides la renovación de un hechizo se te dará porque el renovar es para todos, y lo que pidas a quien tú creas se te dará, porque esa energía mana del universo, y la intención con que pides las cosas es lo que prevaleces en ti y en el otro. Por eso si buscas la luna nueva te dará oportunidad de encontrar el amor; si pones canela en tus zapatos es para la prosperidad, si tienen flores blancas en tu mesa es para que no falte la comida, si pones sal en la puerta te protegerá de todo mal, si pones agua en la entrada es para que los muertos la tomen y cuiden tu casa por las noches de los malhechores y de las brujas que vuelan por donde hay pirules y ríos, y Guanajuato es clarito así con ríos y pirules.  Los muertos nos traen cosas, pero depende de qué pidas.

Eso sí, las personas que hacen mal o piden el mal, tarde o temprano, serán acogidos en el mal, los que hacen bien, en el bien, así que si se hacen los rituales, como pedir al sol su energía en las pirámides o cualquier piedra de río, se te dará; si guardas el agua de lluvia y la pones a la entrada de tu casa con romero, sin lugar a dudas estarás llamando a la tranquilidad; y si pides debajo de un árbol que llueva pronto se dará también; si tomas té de azahar el primer viernes de marzo, esa agua es bendita para poder darte la fuerza y salir al campo con manos mágicas y recoger los incipientes helechos que buscan nacer en las zonas húmedas de la sierra, y sí, casi como en el Día de San Juan, pero este mes es para poder dejar salir tu yo interior ese que vive en ti y que sabe que, un día u otro, saldrá como tempestad a hacer su voluntad. Todos vivimos con ese otro que nos hace vivir en sueños lo inimaginable, marzo es el mes del despertar, del salir, de saberte amado, cruel o perverso. Se despierta la tierra, y con ello los aromas, el amor, el odio y lo que no vemos. Sal por las noches y lo que veas, guárdalo en tu memoria, en esa memoria mágica que todos tenemos, sí todos somos algo brujos, magos, o estamos muertos como ellos. ¿Quieres venir a hacer algún ritual? No temas, tu mal no sale a menos que lo invites a salir y ¿sabes? ya es marzo.

Ven, lee y anda Guanajuato.