Es casi un dinosaurio, sangre fría por lo que toma el sol, es un carnívoro cazador, el cocodrilo muestra su majestuosidad y todo es perfecto, hasta que miras que está sobre lo que alguna vez, hasta que te das cuenta que no estás en Tabasco, si no en la Laguna de la Piedad en Cuautitlán, Estado de México y le llaman atractivo turístico, algunos afirman que son tres, otros que por lo menos lleva cuatro años ahí y las autoridades no han podido encontrarlo… desde abril.

Parece irrelevante y seguramente hay montones de noticias mucho más decisivas para nuestro futuro, no es que me resulte una amenaza, dada mi locación puedo contar con los dedos las veces que he ido a tal sitio, el cual por cierto mi tatarabuelo consideraba una salida al campo, pensando en que si yo que cuento con medios de transporte y extremidades largas tengo pereza de ir, el cocodrilo seguro ni pensará venir por estos lares, aunque ignoro la forma de pensar de los reptiles y de paso la de los humanos que decidieron dejarlo ahí, sin embargo, soñé con él y ahí van las razones.
Primero está la frase más manoseada que barandal del metro de “la realidad supera a la ficción“ a la que agregaría que más bien se retroalimentan, la ficción la imaginamos con base a lo existente, lo que hemos creado y hecho alguna vez estuvo en la cabeza de alguien , lo que era ficción en algún momento como volar en los tiempos de Da Vinci o que un cocodrilo abandonado por un imbécil en el drenaje pudiera hacer de éste su hábitat, incluso existe una película de 1980 llamada: “Terror bajo la ciudad” con dicha trama, agregando esteroides para más placer. Lo que sí es que lo que alguna vez fue realidad no es ficción nunca, aunque se suele ficcionar con diversas intenciones.
Más preocupante es pensar cómo podemos, a través de la difusión de casos y de nuestra natural intromisión, ser partícipes o modificar historias en curso, como ahora que las personas van a ese sitio a ver al cocodrilo o como éste puede acabar siendo las botas y la cartera de algún rufián, el mero caso del señor Capote con “A sangre fría” que de tanto meter su nariz en la historia acabando formando parte de ella, solo que cada vez más al alcance de un click y a tremenda velocidad. Convendría pensar que tan necesario o prudente es que todo el mundo se entere de ciertas cosas y que tanto tiempo le dedicamos a ver eso en vez de ocuparnos de temas más importantes. Peor aún, como esto puede afectar a los involucrados, como el señor reptil de Cuautitlán.
Demás está mencionar lo de siempre, dueños irresponsables que tiran a sus mascotas, gente morbosa que se arriesga y arriesga a los otros por nada, espacios contaminados como la laguna y autoridades incompetentes.