La OSUG e Iván Pérez se dan la mano en concierto de William Walton.
Al ser ejecutado, el violín tiene dos “almas”, la del instrumento, y la del intérprete que lo hace vibrar. La primera es ese pedacito de madera, que colocado en un sitio estratégico, proporciona más calidad al sonido; la segunda, es el punto donde la música y la técnica se dan la mano. Esa es una reflexión surgida después de ver en el escenario del Teatro Principal, a Iván Pérez Núñez.

Como si fuera un guerrero, el violinista toma el arco, aprisiona las cuerdas, desliza su mano sobre el “puente” y arremete con suavidad y firmeza las notas del Concierto para Violín, creado por William Walton; las expresiones de su rostro marcan casi a la perfección, cada uno de los movimientos: andante tranquilo, presto capriccioso, y vivace; este último es agresivo al principio, luego, un poco más suave, y vuelve a ser fuerte, siempre con el respaldo de los alientos, el resto de las cuerdas y el estruendo de la percusión; es un final vigoroso.
Después,, tanto el público, como los integrantes de la orquesta universitaria se entregan al violinista, surgido del Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela; Iván sale 3 veces al escenario, llueven los aplausos, pero no hay pieza extra.
Ya en la segunda parte, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, bajo la conducción de Ludwig Carrasco – director de la Sinfónica Nacional de México – interpreta la Sinfonía no. 7, de Antonin Dvorak; también, los músicos tocan El Campamento de Wallenstein, de Smetana.
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PD .- Después de observar y escuchar al violinista, surge la inquietud, de insistir en la necesidad de que en nuestro país se tome como ejemplo el modelo venezolano para fortalecer el desarrollo de niños y jóvenes a través de la educación musical.
Otra inquietud es el reconocimiento a la UG por ofrecer música de gran calidad, a precios muy accesibles: 100 pesos el boleto general, y 50 para la comunidad universitaria y adultos de la tercera edad. Un verdadero regalo que no se puede obtener en otros sitios, como el Teatro del Bicentenario, ubicado en León; o el Palacio de las Bellas Artes.