Desde el Faro

LA OSUG E IVAN LOPEZ. VIDAS QUE SE CRUZAN

Compartir

En la semioscuridad del Teatro Principal, un niño de apenas 5 años movía sus brazos; en el escenario, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato interpretaba “Sideral”, al frente de ella estaba Héctor Quintanar, también compositor de la obra; parecía ser una noche de concierto como cualquier otra, la figura de ese niño fue la diferencia…

A partir de esa noche de 1995, se volvió una costumbre ver al niño en ese rincón cubierto por la penumbra; desde ahí jugaba a “dirigir” a su orquesta. No faltaba cada semana y se ganó la simpatía de Quintanar y de José Luis Castillo, otro director que también fue cautivado. En esa época, ya a los 8 o 9 años de edad, después del concierto, el niño subía al pódium, tomaba la batuta que Castillo había dejado en el atril, ahí realizaba movimientos como si fuera el director y tuviese enfrente a una gran orquesta, luego, en el camerino, regresaba la batuta, a cambio, Castillo autografiaba el programa de mano en cuestión, ese era el ritual de cada semana.

Nadie, ni siquiera su maestra de violín, Djamilia Rubinskaia, entonces, integrante de la OSUG, se imaginaba lo que sucedería después, pero ya estaba en proceso el nacimiento de Iván López Reynoso, como director de orquesta. Una historia que parece de fantasía, pero forma parte de la realidad; suceso que difícilmente puede repetirse en cualquier otra parte del mundo.

La historia del niño de 5 años, hoy convertido en un mexicano exitoso, tenía que contarse ahora que la OSUG cumple 72 años; es posible que a partir de ese 25 de abril de 1952, día del primer concierto, se hayan vivido muchas experiencias alrededor de la sinfónica universitaria, pero como esta, ninguna.

Por cierto, López Reynoso dirigirá a la orquesta universitaria el próximo 17 de mayo, con el estreno mundial de “Tres Islas”, del mexicano David Hernández Ramos, y la Sinfonía Fantástica, de Héctor Berlioz. Tal vez cuando vuelva a estar en el pódium, Iván sentirá de nueva cuenta los impulsos del niño que nunca, nunca ha dejado de ser.