El espacio de Escipion

Compañera Claudia, presidenta @ClaudiaShein

Compartir

+ Clara, la hora de la izquierda social

+ El fin de los partidos tradicionales

Compañera Claudia Sheinbaum Pardo,

Tu llegada a la presidencia de la República es un salto histórico en todos los sentidos: porque eres la primera mujer en los 200 años de presidentes varones en México, rompiendo paradigmas y estigmatizaciones machistas; porque eres una mujer política que viene directamente de la izquierda universitaria sin haber pasado por el PRI; porque eres una universitaria izquierda, democrática y además formada científicamente por la UNAM; porque eres descendiente de migrantes que encontraron en estas tierras su lugar de residencia; porque antes de la militancia partidista fuiste activista del Consejo Estudiantil Universitario, la primera gran expresión de masas contra la política neoliberal que comenzaba a imponérsele a nuestra nación, en pro de la educación pública y en pro de la democratización de nuestro país, el cual antecedió a una serie de hechos políticos de trascendencia nacional.

Y porque, cuestión aparte, eres nuestra contemporánea de lucha universitaria y juvenil hace 37 años; aunque lo queramos o no, nos representas; a toda nuestra generación de ahora cincuentones y sesentones y a aquellos que soñamos por un mejor país, menos desigual, menos excluyente, que peleamos porque los jóvenes, los estudiantes, los obreros, los campesinos, los grupos sociales fuéramos escuchados por un régimen antidemocrático, simulador y corrupto como lo era el PRI.

Enarbolamos muchas consignas y frases que hicieron historia en defensa de la educación popular, porque frente al poder del partido/ Estado/ Gobierno y todo el equipamiento de poder mediático que nos denigraba, acusaba de flojos, rijosos, mantenidos, burros, malos estudiantes, desestabilizadores, opositores al progreso, entre otros; nosotros arengábamos que teníamos la “fuerza de la razón”.

(Punto aparte: ese estilito propagandístico del viejo régimen en denigrar, vapulear y descalificar al disidente, al opositor, que creíamos haber dejado atrás, no puede ser la tónica de una presidenta democrática de izquierda: en resumen, es fundamental una transformación radical a la política de comunicación y la comunicación política de tu gobierno).

Planteo este largo recordatorio porque como movimiento estudiantil universitario y de izquierda, planteamos construir un movimiento social más amplio, de masas, que hiciera resistencia a las políticas de exclusión que estaban en marcha en ese entonces bajo los acuerdos con el FMI y el BM y que sabíamos era como se planeaba profundizar con Carlos Salinas; por eso muchos de ustedes fueron tras la figura de Cuauhtémoc Cárdenas.

En este tenor es que, al tiempo que te decimos: Claudia, tú nos representas, también consideramos tener el derecho de recordarte origen, el objetivo y la misión por lo que llegaste en este momento a la primera magistratura de la nación, cuyo ejercicio requiere altura de miras, eso que llaman ser Estadista; apertura y diálogo con todos los sectores sociales, sean propios o adversos; cobertura a todos los rincones, sin zonas de excepción ni abandono; que se requiere saber escuchar todas y cada uno de los reclamaciones y demandas.

La Presidencia es la primera magistratura y se tiene que enaltecer con acciones más que con palabras; su ejercicio requiere de tolerancia, ejemplaridad y decencia democrática; un liderazgo que construya, tienda puentes y un ambiente de constructivismo, autocrítica, diálogo constante con todos los actores que han sido lastimados en el transcurso del primer piso de la llamada 4T.

Sí, has ganado aplastantemente, por la vía democrática la titularidad del Poder Ejecutivo, probablemente tengas la mayoría calificada con los partidos que te apoyaron en el Poder Legislativo y, ahora sí, los elementos suficientes para que el Poder Judicial esté más apegado a los deseos de las mayorías, pero bajo el entendido de no avasallarlo, no dinamitarlo ni someterlo como muchos de los argüenderos del autoritarismo quisieran. Queremos que las instituciones de la República funcionen, sirvan al pueblo, pero también que no actúen bajo consignas ni alejados del mandato ciudadano.

Estas horas decisivas de la nación fueron fiesta cívica de la democracia, mas también de las amenazas del poder fáctico del crimen organizado, ese que ha aprovechado la división de los mexicanos, de la clase gobernante y la debilidad de las instituciones para avanzar, aniquilar y arrinconar.

Existe también la amenaza tan latente y tan preocupante de la crisis política de nuestro principal socio, vecino y, sin duda, principal generador de problemas fronterizos en el sur y el norte. La división en lugar de la unidad nacional, puede ser aprovechada por las confrontaciones que hemos alimentado desde hace años.  

Requieres un país unido para que las transformaciones constitucionales (reformas política, hacendaria, judicial, educativa, energética, medioambiental, urbana, agraria) sean trabajadas en el trabajo del consenso social, con método: el diagnóstico exacto, las tesis claras, las praxis ad hoc para cada reforma y cada política pública, porque esa es la mejor herencia de una científica: aplicar el método y la ciencia al servicio de la sociedad.

En efecto, estas horas después de los resultados se ha desatado los predecibles analistas militantes o sobre ideologizados, cegados por el odio y la ofensa como método argumentativo, que anticipan una nueva tiranía, la de las mayorías, la puerta a un gobierno autoritario, cerrado, un soviet mexicano, una nueva dictadura perfecta, la restauración del viejo PRI y la aniquilación de la democracia. Por la amplia legitimidad democrática con que llegas, por tu historia personal, de vida, profesional y de lucha, no tienes porque caer en las tentaciones que desdibujen tu paso a la historia. No tienes necesidad de golpes de mano, ni de abusar del poder.

Por ello, celebro el mensaje del cierre de campaña y después de la victoria, centrado en no perder el equilibrio de poderes, mantener elecciones confiables, respeto al régimen de libertades y, sobre todo, reconocer que somos un país diverso, plural y en marcha:

“Concebimos un México plural, diverso y democrático. Sabemos que el disenso forma parte de la democracia y, aunque la mayoría del pueblo respaldó nuestro proyecto, nuestro deber es y será siempre velar por cada uno de los mexicanos sin distingos. Aunque muchos mexicanos no coincidan plenamente con nuestro proyecto, habremos de caminar en paz y en armonía para seguir construyendo un México justo y más próspero”.

Fuera de todo apasionamiento, compañera presidenta, llegas con amplia legitimidad democrática para realizar los cambios que se desean. Sí, hay un vacío aún endeble que es apostar a la rendición de cuentas, la lucha anticorrupción y la seguridad civil, desmilitarizada como siempre enarboló la izquierda, sin complacencias con el crimen ni sometimiento al Estado de Derecho. Hace 37 años, el CEU del que formamos parte muchos estudiantes hicimos nuestra la frase: “Lo queremos todo, lo siempre ajeno lo nunca nuestro”. Y ahora es el reto de demostrar que entendíamos a nuestro país y sabíamos para qué queríamos cambiarlo para bien.  

+ Clara, la hora de la izquierda social… “En el movimiento urbano popular (MUP), la fuerza principal son las mujeres, debido a que son las que, por estar más tiempo en las zonas de vivienda popular, sufren directamente la falta de servicios y, al ser relegas a las labores domésticas, resienten aún más la carestía de vida. De esta manera se enfrentan permanentemente a los problemas cotidianos y por eso mismo se integran masivamente al movimiento. Sin embargo, las uniones de colonos y organizaciones no han retomado las demandas y problemas propios de las mujeres, a pesar de que conforman la columna vertebral del MUP” En 1963 se llevó a cabo el Primer Encuentro Nacional de Mujeres CONAMUP en Durango y al cobijo del Comité de Defensa Popular”. Esa estructura de organización feminista tenía tres ejes: 1) la defensa de la vida, “contra la carestía y estrategias de sobrevivencia”; 2) la lucha por la democracia y la reeducación de hombres y mujeres sobre el papel de la mujer, porque “no se vale que las mujeres siempre hagan bola, todo el día en la colonia enfrentando y sean siempre en la dirección los compañeros”, y 3) la violencia hacia la mujer. Ese es el pensamiento de Clara Brugada Molina, la primera jefa de Gobierno emanada del MUP, de la izquierda social más combativa del país: la CDMX.

+ El fin de los partidos tradicionales… La furia de quienes se vieron derrotados en la pasada elección han lanzado una dura campaña llena de odio, clasismo, racismo y antisemitismo contra quienes votaron por Sheinbaum y “todo Morena”. Sin embargo, hay voces que tienen toda la razón: el problema no es el ciudadano, el problema fueron los partidos políticos y sus dueños. Gustavo Madero (PAN), Guadalupe Acosta Naranjo (PRD), Agustín Basave (MC) y quizá alguno más, han sido claros: apostaron por el voto de castigo para AMLO; y el castigo de los ciudadanos fueron a los partidos históricos: PRI, PAN, PRD y su tramposa forma de excluir a la auténtica sociedad civil.  Los de la #MareaRosa fue efectismo, pero no traducido en las urnas y queda la duda si habrá tiempo de un nuevo partido político.

Contacto: feleon_2000@yahoo.com