El Laberinto

Después de…

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Dicen que si quieres conocer cómo es una persona te fijes en cómo trata a los meseros, sugiero que separen en dos momentos esta observación: cómo lo trata al pedir y al retirarse, esto porque en un primer momento el mesero tiene en su poder el que la orden llegue correcta, completa y sin escupitajos y esto, a menos que el mesero sea el de problema, dependerá del modo de pedir; si lo trata mal desde este momento además de prepotente es estúpido; si después de un gran servicio  le reclama o lo ignora, es ingrato y si todo sale mal y no dice nada, es conformista, a menos que esté en peligro, que ahí es prudente (ojo aquí siempre con el contexto, nada es definitivo).   

Descartando el primer caso, el de pedir de mal modo y esperar que nos lo concedan a la buena que, dicho sea de paso, muy rara vez funciona y que representa una monumental bandera roja del tamaño de China para salir corriendo sin mirar atrás, vamos a levantarnos de la mesa del restaurante hipotético con nuestras barrigas hipotéticamente llenas y echemos un vistazo a los otros tipos de casos con ejemplos menos gastronómicos.

Pensemos en todas aquellas situaciones reveladoras en las que podemos ver cómo nos comportamos con el otro una vez que obtenemos, o no, lo que estábamos buscando de ellos, un político en campaña siempre es dulce y prometedor, que prometer no empobrece ¿Qué hace al ganar? ¿Cumple? ¿Cambia de plan, traicionando a todos? y si pierde ¿Hace berrinche, insulta a los votantes y al ganador? Después de la elección se ve la verdad.

Vayamos a la oficina, tienes a tu amigo, se ayudan cuando la cosa está pesada, se cubren con el jefe, comparten los guisados en la hora de la comida, incluso a veces, se van de copas juntos. Uno cambia de trabajo o es ascendido, ¿Sigue la amistad? ¿Va más allá del estar obligado a verse diario? Después de roto el contrato se ve la realidad.

Miremos a un pretendiente, consigue lo que quiere ¿Huye? ¿Escribe después? ¿Mínimo abraza después del coito? ¿Sigue siendo lindo cuando tiene el si? y si es rechazado ¿Se enoja? ¿Deja de hablar o peor comienza a hablar mal de su ser deseado. Cuando respondamos sabremos.

La amabilidad y el cumplimiento de los acuerdos hacía las personas de las que no podemos obtener nada o de las que ya tenemos lo buscado es el mejor indicador de lo que podemos esperar de alguien, aunque sea solo cuentas separadas.