Caos, tumulto, pero buen humor

— Tengo 2 años de trabajar allá, vine solo para votar, no quería perder esto que parece una fiesta–. Formado en la fila de la casilla, Pancho, un joven que en los Estados Unidos se gana la vida como mesero en un restaurante de cocina mexicana, se muestra tranquilo, a pesar de que hay un tumulto y el avance es lento, no se desespera, total, si viajó por carretera 12 horas, esperar unas cuantas más no es problema.

Como Francisco, muchas personas de la tercera edad, apoyadas con bastones, lo mismo que algunas embarazadas, tuvieron que subir escaleras y más escaleras para llegar a los salones donde las urnas esperan a los votantes. Hay como 500 personas, formadas en varias filas de acuerdo a la letra inicial de su apellido, por momentos, el caos provoca algunas discusiones, pero se impone la calma.

La espera es larga, el tiempo se aprovecha para intercambiar noticias del vecindario, los chismes, abrazos y besos son constantes; al joven mesero le llueven solicitudes para enviar saludos a los paisanos, nadie habla de política; a pesar de que durante meses la ciudadanía ha sido bombardeada por intensa “guerra sucia”, aquí, hay buen humor.

Pareciera que hay la intención de construir entendimiento y poner en el centro del diálogo a las personas con sus problemas y angustias; también parece que al dejar la boleta en la urna, gane quien gane, los ciudadanos están dispuestos a dejar sus simpatías partidistas.

Con ese entusiasmo, y con la camiseta de “La Gacela”, la joven guanajuatense que participará en los Juegos Olímpicos de París, hay la esperanza de que concluirá esta “guerra sucia”, por el bien de Guanajuato y de toda la nación.