Desde el Faro

Café, tinta y papel

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A él nada más le hace falta, porque tiene imaginación, vivencias que muchos no entienden, pero que frenéticamente las plasma en cualquier pedazo de papel; son rayas, puntos y más rayas, que aparentemente nada dicen, pero tal vez ocultan sufrimientos o alegrías.

Sentado en el atrio de La Compañía, detiene un poco su trabajo y suelta sus recuerdos, como cuando fue alumno de Juan José Prado Viramontes; en el Mesón de San Antonio, ahí, el integrante de “Los Juglares” le dio clases de teatro; esa experiencia la relata una y otra vez, parece que fue algo muy grato para él.

Su diálogo es fluido, y salta rápidamente de un tema a otro, pareciera que no existe relación entre uno y otro, habla de asuntos que sucedieron “allá por donde sale el sol” – el Cerro de La Bufa – y que tuvieron consecuencias “allá por donde el sol se oculta” – El Cubilete – ; son leyendas que como él, permanecen entre los guanajuatenses. También menciona algunos pasajes de “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha”, la monumental obra de Cervantes.

Habla, habla y habla, como para desmentir a quienes afirman que se encierra en su mundo y no permite que alguien más se inmiscuya en su vida.

Para aumentar la leyenda en torno a su presencia, hay quienes aseguran que, hace años un pintor español, avecindado en Guanajuato, le dio unas cuantas monedas por algunas de sus obras, y las exhibió en una exposición colectiva con el tema de la mente y el arte; esto fue, dicen, en el Hospicio Cabañas; cierto o falso, ahí está la historia.

Lo cierto es que nunca le faltan: un vaso de café – que le obsequian en una cafetería muy conocida en la capital del estado – tinta y papel, que también le regalan. A estos elementos, “El Kalimán” agrega su imaginación y en cualquier esquina se desborda.