Cien días un modelo de comunicación política muy gringo. Cien días que han servido en algunos países y gobiernos para medirse, elogiarse, destacar los primeros cambios en la larga curva de aprendizaje del ejercicio de gobierno y, en su caso, anunciar cambios significativos, pero en México no son cien días para rectificar, ajustar tuercas, cambiar y retomar el rumbo, sino reafirmar que, erráticos o certeros, mantendrán la misma ruta.
Dado que sería largo de enlistar, hemos colocado los cien días de Claudia Sheinbaum tienen que agruparse en el método FODA, fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas.
Fortalezas:
- Las reformas en seguridad pública que, sin pasar por una Ley de Seguridad Interior, tiene todas las características para que así funcione y ponga a los tres niveles de gobierno a trabajar en corresponsabilidad para atender el problema de la violencia.
- El “operativo enjambre” como ejemplo del trabajo de inteligencia para desmontar las redes de corrupción que tienen alcaldes, caciques y criminales en amplias regiones del Estado de México, aunque faltan por desmontar las de Guerrero, Michoacán y Morelos.
- La capacidad de corrección, que no se dice, pero se ve, con la dimisión obligada de un alto funcionario en la Semarnat, la actitud reactiva a cuanta provocación apareciera en medios o redes sociodigitales y bajarse del ring mediático ante las declaraciones de Donald Trump, siendo más selectiva en los temas para responder (como fue el caso reciente del Golfo de México).
- La presencia en el G20, donde logró exponer la propuesta de que se destine el uno por ciento del gasto militar para un programa de reforestación mundial que, si bien no ha sido retomada, se dejó plasmada, como una idea la presidenta mexicana.
- La seriedad y capacidad de respuestas en las mañaneras han sido bien recibidas, no sólo porque no hay banalidad en su contenido, sino porque la Doctora Sheinbaum se aprecia asesorada correctamente en temas de economía, finanzas, energía, medio ambiente y seguridad. Se mantienen “las mañaneras” pero con un sello distinto, menos improvisadas y más moderadas en tiempos y formas.
- Por supuesto, se debe celebrar que siga apostando por las nuevas tecnologías y las energías alternativas como es el anuncio de que se fabricarán transportes eléctricos nacionales, así como ampliar la cobertura de la comunicación digital, esperando que esto se haga extensivo a todos los niveles de gobierno y se rompan muchas cadenas de corrupción, trabas y dilaciones innecesarias por falta de infraestructura de e-gobierno.
- Y hay apuntar el presupuesto, privilegiando el gasto social que para este 2025 será histórico, además de que se contempla por primera vez un sistema nacional de cuidados como una responsabilidad del Estado mexicano.
- Todo lo anterior, por ahora, según todas las encuestas han permitido que su popularidad siga oscilando en el 70 por ciento en promedio, además de no tener ninguna otra figura de contrapeso que la desgaste o contrapese.
Oportunidades:
- El que la próxima presidencia de Estados Unidos se tope con pared, se enfrenta a una realidad que es la dependencia de la fuerza migrante, por un lado, y de llevar una relación cordial con sus vecinos y principales socios.
- Los probables oídos sordos de inversionistas estadounidenses y canadienses a las advertencias de Donald Trump.
- El liderazgo político casi único en el país le permitirá construir el mensaje de concordia y unidad que se requiere ante una eventual ofensiva mediática, política, policiaca o militar de EEUU, pero tendría que hacerlo en lo inmediato, sin avasallar más a detractores y opositores, sin alentar más los linchamientos mediáticos innecesarios.
- El crecimiento del liderazgo regional o mundial de Claudia Sheinbaum mientras actúe con temple y mesura, capacidad de respuesta y de propuesta ante un escenario global muy amenazante.
Debilidades:
- Apuntamos que cargar con incómodos correligionarios no es positivo, porque nos recuerda al viejo PRI en que protegía a sus cuadros con muchos negativos con cargos federales o diplomáticos. Sostener a Rutilio Escandón, Cuitláhuac García, Cuauhtémoc Blanco o cargar con Félix Salgado y su presión ser gobernado, es innecesario para quien tiene amplia legitimidad democrática.
- El 12 de enero se convoca de nuevo a una gran concentración por los 100 días. No está mal, pero creo que estas prácticas del pasado ya deben pasar a otra hoja. Sí deben darse muestras de apoyo y refrendo a su liderazgo, pero con un sello propio, con un modelo que nos recuerde aquellas convocatorias abiertas a la protesta o al apoyo sin el aliento del acarreo forzoso.
- La narrativa propia sigue ausente y se requiere que aparezca, tanto en sus líneas discursivas, locuciones como en todo el aparato de propaganda que deambula sin ton ni son en las redes sociodigitales.
- La estrategia de comunicación política camina bien, pero sí requieren ajustes para depurar a los portadores del discurso de odio (en momentos de unidad nacional), del linchamiento, de la descalificación gratuita y de la adulación con intereses.
Amenazas:
- La detención de un político de alto perfil que sea una especie de “Quinazo” de Trump hacia el gobierno mexicano y no tengan capacidad de control de daños.
- El señalamiento múltiple a políticos mexicanos, ya sea ante la justicia de EEUU o mediante declaraciones de narcotraficantes, de estar detrás de ellos o de haber negociado que, sin importar filiación partidista rompa el discurso oficial de que el Estado mexicano fue rebasado por la delincuencia.
- El probable crimen político de alto perfil vinculado a la delincuencia organizada que tome desprevenidos a todos los integrantes del gabinete de seguridad.
- El pragmatismo de Morena y el relevo generacional obligado, en que se erradiquen el nepotismo, pero también no se empoderen a las familias de las nuevas élites del poder.
- La acelerada carrera por la candidatura presidencial al 2030, así como a la jefatura de gobierno y gobierno del Estado de México, por su peso electoral, comenzaría a debilitar al gobierno de Claudia Sheinbaum, la jefatura de Gobierno y las gubernaturas estatales, metiéndolas en juegos de vencidas que a nadie convienen.
- No queremos cerrar el comentario sin tomar en cuenta el debate sobre la producción del fentanilo. Al respecto, se debe decir que los estadounidenses que no vieron “Breaking Bad” y los mexicanos que no han visto “Tierra de Cárteles”, no están viendo lo que hay detrás y hay que remitirse a Marshall McLuhan: “el medio es el mensaje” o el masaje, pues en lugar de distraernos con el contenido no vemos de fondo lo que quieren decirnos nuestros vecinos. Y ahí deben apuntarse dos situaciones: la invasión a Panamá del General Manuel Antonio Noriega, acusado de favorecer el trasiego de cocaína, y la invasión a Iraq, de Sadam Huseis, so pretexto de proteger al terrorismo islámico.
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