El espacio de Escipion

Ha vuelto… y no llegó solo

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¿Se imaginan si el mundo registrara el regreso de Adolfo Hitler en este momento?

Bueno, un escenario ficticio ocurrió en Berlín, Alemania, en 2014, hace diez años, cuando Adolfo Hitler despertó repentinamente, desconcertado y después de haber invernado por 70 largos años, producto de las estrategias de escape o sustracción ideado por sus competentes ingenieros y científicos. Se levantó, caminó desorientado y sin saber en qué fecha estaba, hasta que un periodiquero le dio por menores de la época y el país en que estaba situado.

Esto es el inicio de la película Ha vuelto del director David Wnendt, basado en una obra de Timur Vermes del mismo título y que generó buen debate sobre la democracia liberal, la sociedad mediatizada por las plataformas digitales, el liderazgo político, las ideologías negacionistas y neoconservadoras, el ultraderechismo y el discurso del odio.

Este Hitler del filme, en su andar por las calles de Alemania es abordado por personas que creen que es un disfraz y no pierden la oportunidad para tomarse selfies y felicitarlo por tan fuerte parecido al Führer, saludándolo igual que Elon Musk en la toma de protesta de Donald Trump; además de tener mismas expresiones, fraseos y actitudes del peor enemigo de la humanidad del siglo pasado y responsable de los peores crímenes de guerra.

Mientras camina y se actualiza en un país distinto al que dejó, las sombras del pasado, al Hitler le invaden recuerdos y recupera los desafíos que dejó inconclusos, susurrándole secretos olvidados. Entonces descubre que hay un Partido Verde progresista avanzando electoralmente, las comunidades de la diversidad sexual ganando terreno y un Partido Nazi reducido apenas a un club de posturas derechistas, pero no fascistas, es decir, un ultraderechismo descafeinado al que llega a sacudir, regañar y encabezar de nuevo.

La atmósfera inquietante alrededor de ese Hitler se llena de un frío inquietante cuando un fracasado director de cine lo descubre para llevarlo a canales streaming, convirtiéndolo en un influencer, una estrella de la web que comienza a llegar a millones de alemanes a través de sus celulares y tabletas; primero como comediante asumido en su papel de él mismo, luego como farsante que aprovecha las debilidades de la sociedad alemana despolitizada, ñoña y despersonalizada, hasta que se descubre que es el regreso del verdadero Adolfo Hitler, seduciendo a las masas y sin tener salidas ante el fenómeno de masas que volvió a repetirse.

Por supuesto, ese Führer es pintado igual de narcisista, portador de un discurso polarizante, racista, sexista, excluyente y violento; populista, capaz de llegar al sentimiento de los desempleados, los excluidos por el modelo neoliberal, los desilusionados de la democracia liberal y la pluralidad como modelo de una sociedad contemporánea; todo un líder antisistémico.

Así, el miedo comienza a invadir a todos los racionalmente estudiados y con memoria histórica, quienes saben del riesgo que representa el real o imitador de Hitler. “El miedo es, seguramente, inseparable de la experiencia de lo desconocido y, por tanto, de la necesidad de conocer, del ansia de adquirir cultura”, refieren Gerardo Fernández y José Manuel Pedroza en el texto Antropología del miedo.

Y es que el miedo a lo no conocido, ese que habita dentro de nosotros, nos espanta, pero el miedo se vuelve pavor cuando ese viejo conocido sabemos que nos acecha cerca, afuera o adentro, tras los mismos rostros y mismas sombras.

En el filme Ha vuelto, el miedo lo tradujeron los mismos promotores: ¿triunfaría un Hitler en la sociedad actual? ¿Es posible el resurgimiento de un dictador en la sociedad alemana actual? ¿Triunfaría en la democracia actual?

Viene a cuento la reseña de dicha película porque en los tiempos actuales, diez años después, 2024, no en Alemania sino en los Estados Unidos, el magnate Donald Trump, enjuiciado y condenado, antisistémico, polarizante, asume por segunda ocasión la presidencia de su país, en un acto transmitido mundialmente por las principales plataformas streaming, redes sociodigitales, televisoras y radiodifusoras, y acaparando por tres días consecutivos las primeras planas de todos los diarios internacionales.

Aunque varios analistas y políticos mexicanos habían anticipado el regreso de Trump, prevista su furia vengativa antisistémica y antimexicana, algunos parecen sorprendidos de su retorno y hasta  minimizan aún la espectacularidad exhibición de poder con anuncios tales como declarar la emergencia en su frontera con México, deportaciones masivas de personas consideradas ilegales, la reiteración de recuperar el derecho sobre el Canal de Panamá, cancelación de las políticas verdes y reafirmando su negacionismo al cambio climático, la rebautización del Golfo de México como Golfo de América y todo lo que ello implica, categorizar a los cárteles mexicanos como terroristas, el anticipado fin a los conflictos bélicos en medio oriente, la reapertura de la sociodigital china TikTok.

En un show mediático mundial y acompañado por los magnates tecnológicos, “esa nueva oligarquía de extrema derecha, de extrema riqueza y extrema influencia”, Trump firmó 42 órdenes ejecutivas, memorandos y proclamaciones, tomó más de 200 acciones ejecutivas.

En Ha vuelto Hitler empieza a reinventar la Alemania que ve en el siglo XXI desde su perspectiva nazi, ayudado 0por esos reductos conservadores alentados por los medios digitales dispuestos a elevar a los antihéroes a otro nivel… ¿y en qué acaba? Veámosla de nuevo, quienes la hayan visto, o consíganla para verla y saber cómo detener y contener a los antihéroes inflados por las actuales plataformas digitales.

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