Celaya, Gto. Entre los años 2021 y 2022, la ciudad de Celaya registró una serie de hechos violentos que parecían no tener conexión hasta que se fueron hilando bajo la sombra criminal de un violento sujeto, quien se movía entre distintos escenarios y sin razón aparente iba dejando víctimas mortales a su paso.
Todo comenzó con una investigación que parecía ordinaria: un choque vehicular en la calle Miguel Hidalgo, casi esquina con Benito Juárez, el 11 de diciembre de 2022. Lo que aparentaba ser un incidente vial escaló rápidamente cuando el responsable del percance, se retiró del lugar y regresó con un arma de fuego. En plena vía pública, abrió fuego contra el conductor de la otra unidad, causándole la muerte.
El ataque dejó también a un agente de tránsito herido en la mano. Lo que en otro contexto hubiera sido un altercado menor, se transformó en una escena de homicidio calificado y tentativa de homicidio.

Las diligencias periciales conectaron el caso con otras carpetas que, hasta ese momento, no tenían un vínculo directo. Gracias al análisis balístico y a la coincidencia en el modo de operar, los investigadores lograron establecer un punto de partida para reconstruir la ruta criminal de este sujeto.
El 9 de marzo de 2021, minutos antes de las 16:00 horas, una persona fue asesinada dentro de un depósito de cervezas en la colonia San Rafael. Tras atender a una clienta el agresor ingresó al lugar y, sin titubeos, disparó en múltiples ocasiones contra el despachador, causándole la muerte. Las cámaras de vigilancia captaron parcialmente su huida en motocicleta, los indicios balísticos y testimoniales obtenidos posteriormente confirmaron su participación en otro hecho registrado meses después.
El 18 de diciembre de 2021, alrededor de las 00:37 horas, el acusado se encontraba en un bar de la colonia Las Fuentes. De acuerdo con los testimonios recabados y los registros del lugar, la víctima, se encontraba conviviendo, cuando, en un ambiente festivo, gritó una frase que incomodó al ahora sentenciado. Lo que siguió fue una reacción desproporcionada: sin mediar palabra, sacó un arma de fuego y disparó contra el eufórico hombre, provocándole lesiones mortales. La escena fue abandonada rápidamente por el agresor, quien se perdió entre la multitud y la confusión del momento.
El cotejo de imágenes, entrevistas, peritajes balísticos y reconstrucción de hechos permitieron dirigir las investigaciones en una misma línea hacia un presunto responsable. La Fiscalía solicitó la orden de aprehensión, y tras labores de inteligencia y rastreo, agentes de investigación criminal lograron capturar al escurridizo inculpado, quien fue vinculado a proceso penal por los delitos de homicidio calificado, homicidio en grado de tentativa, daños y robo calificado.
Con los datos probatorios, el Ministerio Público sustentó una imputación sólida que derivó en un procedimiento abreviado, con base en la aceptación de los cargos criminales por parte del responsable, JUAN ALBERTO “N”, quien fue sentenciado a 21 años de cárcel, al pago de multas económicas y a la reparación del daño a las víctimas indirectas.