Estreno Mundial de obra compuesta por Hebert Vázquez
No es común escuchar al instrumento en los conciertos de música clásica, su presencia ha sido olvidada por los compositores; fue hasta finales del Siglo XIX cuando Georges Bizet incluyó al saxofón en sus famosas suites orquestales, y en este siglo, el mexicano Hebert Vázquez compuso una obra que en el Teatro Juárez se escuchó por primera vez a nivel mundial.

“Cartografía de la Bruma” es el título de la pieza compuesta por Hebert Vázquez, y aunque dicho título suene muy raro, extravagante, la obra no es compleja para el escucha porque es un viaje a los sonidos del jazz, del rock, y por momentos parece tener influencia de Mario Lavista, otro gran compositor mexicano.
La noche del viernes, en el escenario porfiriano, con la ejecución de Rodrigo Garibay se pudieron escuchar esas reminiscencias, o remembranzas de ritmos contemporáneos, donde percusiones, contrabajos, trompetas y el saxofón solista hicieron recordar a ese género que celebra la improvisación y la creatividad, y por supuesto, al rock. Sin duda, hubo un estrecho diálogo entre el sax y la orquesta universitaria.
Se destaca, por otra parte, el atrevimiento del compositor, porque en un país como México, no es fácil componer para salas de concierto, mucho menos de música contemporánea, se necesita apretarse el cinturón y muchas horas de trabajo.
Acerca de la influencia de Lavista sobre el trabajo de Herbert Vázquez, si el oído no falla, hay un discreto parecido con “Ficciones”, obra interpretada por la OSUG en junio del 2018; además, el gran compositor mexicano fue maestro de Vázquez durante una época en que éste último compartió clases con Ramón Montes de Oca, fundador del Callejón del Ruido, el festival que en Guanajuato ha dejado huella.
GEORGES BIZET
Por primera vez en su historia, el saxofón fue incluido en la música clásica en 1872, con la Suite no. 1, de Georges Bizet; ahí también la flauta tiene un papel preponderante; 7 años después, luego de haber fallecido Bizet, se estrenó la Suite no. 2 que tiene la misma orquestación de la anterior, es decir: dos flautas, oboe, clarinete, fagot, saxofón alto, trompetas, timbales, tamborín, violines, viola, chelos, contrabajos y piano.
De ambas suites se ha escrito mucho, lo mejor es escucharlas, porque la música no se lee, se escucha, porque además, solamente con el sonido se puede sentir aquello que es imposible guardar en silencio. Hay que escucharlas.
Esta vez, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato fue conducida por su director titular, Juan Carlos Lomónaco. La próxima semana, dentro del Callejón del Ruido, la OSUG tendrá un programa especial, con 2 estrenos para Latinoamérica, la cita será en el Teatro Juárez.