Como un estreno en Latinoamérica, el clarinetista Hugo Manzanilla interpretó el War Concerto, del belga Dirk Brossé; también se incluyó obra de Liszt y Haydn
Guanajuato, Gto.- Con el programa “La guerra y la música”, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) fue dirigida por Ramón Shade para estrenar, a nivel nacional, la Marcha militar húngara, de Franz Liszt; a nivel latinoamericano, el War Concerto, de Dirk Brossé, y la Sinfonía núm. 100, en sol mayor “Militar”, de Franz Joseph Haydn, esto en compañía del solista Hugo Manzanilla, clarinetista principal de la agrupación.

De acuerdo al comunicado de prensa, originario de Coahuila, Ramón Shade fue el primer mexicano en obtener el título de director de orquesta por la Universidad de Música y Arte Dramático de Viena (Austria) en 1980. Fue director musical del Teatro de la Ciudad de St. Poelten y correpetidor de la Opera de Cámara Vienesa y el Conservatorio Franz Schubert, además de ser director huésped de agrupaciones en Roma, El Cairo, Moscú, Latinoamérica y las principales orquestas mexicanas, llegando a ser titular de la Opera de Bellas Artes, la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Guadalajara y la Orquesta Sinfónica de la Universidad Juárez (Durango). También fundó la Camerata de Coahuila de la que fue director hasta junio de 2025.
Sobre la Marcha militar húngara (1844/1875), del compositor romántico Franz Liszt, esta refiere al aventurero Conde Alexander Teleki, amigo personal del músico y reconocido como un héroe en España, Hungría, Italia e Inglaterra.
La obra se basa en una composición previa del autor titulada Segunda marcha húngara (1843) y se observan vínculos con su pieza para piano Teleki László-Retrato húngaro histórico. Cabe señalar que existen dos transcripciones realizadas por el propio compositor, una para piano solo y otra para piano a cuatro manos.
Al respecto del War Concerto (1960), del compositor y director belga Dirk Brossé, este fue creado por encargo del clarinetista Eddy Vanoosthuyse, su compatriota, con una narrativa centrada en un niño quien presencia el asesinato de sus padres durante la Guerra de los Balcanes (1991 2001) y se ve obligado a huir. La cadenza recrea los diversos estados de ánimo del pequeño ante la indiferencia de los militares, terminando con un fugaz episodio heroico y una tentativa meditación ante el futuro incierto.
Esta obra se desarrolla sin pausas en un ámbito atonal, con secciones aleatorias que permiten cierta libertad al solista y la orquesta a manera de representación sonora del caos bélico. En esta, se cita el poema sinfónico Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel (1894/1895), de Richard Strauss. También posee referencias al postromanticismo tonal y emplea la escala menor húngara, que le otorga una sonoridad gitana, además de una interesante ambigüedad armónica.
Para el solista Hugo Manzanilla, formado con honores en la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México y con maestros provenientes de más de quince países, la interpretación de esta noche constituyó un hito en su desarrollo profesional. Durante la ejecución, su sensibilidad cautivó a la audiencia, pues en la voz del clarinete fue posible sentir la del protagonista. El siguiente reto para el músico es dar vida a la versión con banda creada por Brossé.
Adicionalmente y en sintonía con el espíritu balcánico, Manzanilla interpretó una pieza de Goran Bregović en compañía de las percusiones. La alegría e ímpetu inherente a la música popular encendió el recinto antes de dar paso al intermedio.
Finalmente, el concierto temático cerró con la Sinfonía núm. 100, en sol mayor “Militar” (1793), del austriaco Franz Joseph Haydn. El empleo del triángulo, los címbalos y el bombo en los movimientos segundo y cuarto movimiento representan la fiel esencia de la música de las bandas turcas, además de destacar la presencia de pares de flautas, oboes, clarinetes, fagotes, cornos, trompetas, timbales y la sección de cuerdas. Sobre ella y otras sinfonías, la crítica ha señalado motivos con una sencillez básica, pero de un atractivo inmediato.
Un elemento imprescindible en la velada fue la entrega del maestro Ramón Shade, la personalidad de su batuta y los matices de energía en sus indicaciones, a través de su voz, su postura, su gesto y su mirada. A consecuencia del reconocimiento, la orquesta interpretó nuevamente el último movimiento de la obra de Haynd, despidiendo así la participación especial del prestigioso director.
Además de esta gala semanal en el Teatro Juárez, la OSUG se sumó a la celebración por los 50 años de la División de Ciencias de la Vida con un concierto la tarde del jueves en el Teatro de la Ciudad de Irapuato.
El programa para la próxima semana será el primero de dos durante la Universiada Cervantina. Con su director artístico, Juan Carlos Lomónaco, y el violonchelista Miguel Ángel Villeda, la OSUG rendirá un homenaje al compositor Arturo Márquez con motivo del 75 aniversario de su nacimiento. Para ello, se estrenará en Guanajuato su obra Espejos en la arena, además de interpretar Janitzio, de Silvestre Revueltas, y la Sinfonía núm. 4 en fa menor, de Piotr Ilych Tchaikovsky. Los boletos están a la venta en la taquilla del Teatro Juárez.