Redacción
El último boletín del programa de Ex alumnos de la UNAM ofrece la opinión del catedrático Cristóbal Galindo, organizador de la Tercera Semana del Conocimiento de los Murciélagos del Estado de Puebla, donde afirma que pese a su mala fama, este mamífero volador es sumamente útil para el hombre y el ecosistema
“En el momento en que un murciélago hematófago contrae el virus de la rabia, se aleja de la colonia para no contagiar a los demás y muere separado de la manada”, expuso Cristóbal Galindo Galindo, profesor de biología y organizador de la Tercera Semana del Conocimiento de los Murciélagos del Estado de Puebla, quien añadió que esto es tan sólo una muestra de la complejidad del comportamiento de los quirópteros.
Misteriosos, útiles y casi siempre incomprendidos, estos animales tienen a su peor enemigo en el hombre, quien ha eliminado poblaciones enteras por el temor que infunden ciertos mitos y creencias; en realidad se trata de fauna útil que controla la superpoblación de insectos y plagas, e incluso poliniza plantas esenciales para la supervivencia humana, como demuestran diversos trabajos que se realizan en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, en el área de mastozoología.
El encuentro, realizado en esa entidad multidisciplinaria en homenaje a Manuel F. Rico Bernal (quien fundó en el plantel la carrera de Biología), sirvió para que especialistas expusieran las características e importancia del único mamífero volador que existe, y para cambiar la opinión sobre este animal.
Existen más de 950 especies de murciélagos reportadas en el mundo, de las que cerca de 140 viven en México, lo que nos hace uno de los países con mayor diversidad, dijo Galindo, quien señaló que justo esa variedad es la que ha llevado a acotar su investigación a Puebla.
Señaló que bibliográficamente se reportan 43 especies de quirópteros en ese estado, aunque tan sólo en el norte de la entidad han encontrado 37 más, “es decir, más de 80 por ciento de lo que originalmente se reportaba”.
¿Un ratón con alas?
En el segundo nivel de la biblioteca de la FES Zaragoza, se montó una exposición de carteles con 12 especies de murciélagos poblanos capturados por Galindo y su grupo de investigación. “De cada uno de ellos, hemos sacado aspectos ecológicos y biológicos muy importantes”, indicó.
Además, también se exhiben quirópteros conservados en alcohol etílico al 70 por ciento, y otros disecados. Esto permite al espectador observar de cerca las características de este animal que rara vez puede ser apreciado a detalle debido a sus hábitos crepusculares.
“¡Parece un ratón!”, es la opinión generalizada, y no sólo de quienes han recorrido la muestra, sino de casi todas las culturas cercanas a este mamífero. Por ejemplo, en náhuatl se le llama quimich papalotl, “ratón mariposa”, mientras que en español, la palabra murciélago se forma de las voces latinas mus, caecus y alatus, “ratón ciego con alas”.
Sin embargo, el comportamiento de los murciélagos es muy diferente al de ratas y ratones, pues mientras éstos son omnívoros, la dieta de los quirópteros es sumamente especializada.
“Algunos se alimentan de sangre, otros de insectos, unos más de peces, y están los que sólo consumen néctar o frutos”.
Suelen habitar en cavidades rocosas y tener hábitos crepusculares. De hecho, en las comunidades nahuatlacas se les dice “chinacos”, mismo nombre con el que se designó, durante el periodo independentista de México, a los guerrilleros insurgentes que se escondían en cuevas y salían a combatir al amparo de la noche.
Estos animales están sumamente arraigados en el imaginario colectivo nacional, como demuestran las figurillas de barro prehispánicas que los representan como seres del inframundo, o incluso el aprecio que le tienen ciertos productores de tequila debido a que se encargan de polinizar el famoso agave azul.