Jorge Olmos Fuentes
Autor de larga trayectoria, Juan Manuel Ramírez Palomares confirma con cada nuevo poemario de su autoría su condición de poeta. Con casi toda su vida dedicada al cultivo del género poético, Juan Manuel goza de un merecido arraigo entre los lectores, desde sus primeros libros y hasta el momento presente. Incluso puede decirse que es un autor de quien se espera cada vez el siguiente libro. Nacido en la mitad del siglo XX, el autor de Hábitos de humano cumple también una importante labor en el ámbito de la promoción cultural, siempre ligado al oficio literario.
Desde aquel primer título, La pesadumbre el olor de la fruta (publicado por el entonces Consejo Editorial del Gobierno del Estado de Guanajuato, a finales de los años ochenta del siglo XX) hasta sus más recientes poemarios, Ramírez Palomares ha sostenido un compromiso con la palabra, caracterizado por el la coherencia, el apego al sentir de los huesos, y un modo especial de mirar las circunstancias. Seguramente Mezcal (editado por la Universidad de Guanajuato), que se presenta hoy, continúa con ese derrotero. El propio testimonio del poeta lo corrobora, al señalar en una entrevista en Radio Universidad de Guanajuato que reúne tres trabajos bajo el singular título: un poema largo (que no lo es tanto, dijo), titulado precisamente «Mezcal»; un conjunto de poemas denominado «Azogue», y una colección de poemas juveniles, «De otro era la palabra», incluido ahora, señaló, a instancias de Benjamín Valdivia, cófrade en no pocas aventuras literarias.
La cita es hoy jueves 12 de agosto a las 6:00 de la tarde en la Capilla Barroca del Museo del Pueblo de Guanajuato. Lilia Solórzano y Benjamín Valdivia tendrán a su cargo la presentación del poemario, y de acompañar, obviamente, al poeta en la lectura de algunos de su poemas ahora puestos a circular.
