Acoge Guanajuato (y soprende) a Hillary Clinton

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Carlos Olvera

Guanajuato, Gto. 24 de enero de 2011.- Hillary Clinton, la poderosa Secretaria de Estado del gobierno de Estados Unidos, fue recibida en el Teatro Juárez con la típica estudiantina guanajuatense, que le ofreció una singular bienvenida a su llegada al coliseo. Allí compartió el pan y la sal con la canciller mexicana, Patricia Espinosa, después de que ambas emitieran en la Alhóndiga de Granaditas un comunicado conjunto.

El gobernador de Guanajuato y el alacalde capitalino flanquean a Hillary Clinton y a Patricia Espinosa, protagonistas del encuentro bilateral afuera del Templo de San Francisco.

Como corresponde a su investidura, a Hillary Clinton los capitalinos le dieron el mejor trato, al punto de asignarle un guía de turistas exclusivo desde que ingresó a la Alhóndiga, actual Museo Regional, en su origen granero y después cárcel, acerca del cual se le dieron a conocer datos históricos notables. En ese lugar, precisamente en el Recinto de los Héroes, la funcionaria estadounidense, junto a su correspondiente mexicana, posó para la foto oficial.

A su vez, la reunión de trabajo tuvo lugar en la parte alta del edificio de cantera, y duró alrededor de un par de horas. Al término de la misma, la comitiva se dirigió a toda velocidad hacia el Teatro Juárez. Pasaron por la bulliciosa calle Mendizábal, por un costado del mercado Hidalgo, y tomaron la peculiar Calle Hidalgo, conocida universalmente como “Subterránea”. Al parecer, a la señora Clinton le maravilló el recorrido, de apenas unos minutos, antes de apearse en el Teatro Cervantes y llegar al Templo de San Francisco.

Eran ya casi las 16:30 horas cuando Hillary Clinton comenzó a recorrer la Calle Sopeña, ubicada en pleno Centro Histórico de Guanajuato, arteria por la que han caminado no pocas notables personalidades, desde el emperador Maximiliano en el siglo XIX hasta el presidente de España, Felipe González en 1987. El Museo Iconográfico del Quijote, el Teatro Juárez, el Jardín de la Unión, el Palacio Municipal y cuando menos tres significativos templos adornan esa magnífica vía: San Francisco, San Diego y la Basílica.

A su paso por la Calle de Sopeña, la distinguida comitiva encabezada por Hillary Clinton y Patricia Espinosa

Patrullas de la Policía Federal abrieron paso a la relevante comitiva, formada por más de siete camionetas, entre las cuales iba el Cadillac de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que transportaba a la Secretaria de Estado del gobierno estadounidense y a varios otros funcionarios. De este modo llegaron a la Plaza Manuel Doblado, frente al Templo de San Francisco, donde la canciller mexicana, Patricia Espinosa, el gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva Ramírez, y el alcalde capitalino, Nicéforo Guerrero Reynoso, la recibieron y escucharon de viva oz de Clinton cuan asombrosa había resultado su experiencia por la Calle Subterránea.

Para sorpresa de todos, el protocolo fue hecho a un lado cuando los miembros de la comitiva dirigieron sus pasos al interior del Templo (construido en 1728) cuya arquitectura y composición, de la autoría de los frailes franciscanos, materializada en cantera rosa, fue admirada. Los camarógrafos se colaron al interior mientras los funcionarios disfrutaban la vista de las columnas de la iglesia y algunos de las pinturas que adornan el lugar.

En ese breve recorrido hacia el Teatro Juárez, a instancias de la Secretaria de Estado norteamericana, la comitiva se detuvo en la plaza de artesanías privada “La Casa del Quijote”. Ahí satisfizo su curiosidad visitando un par de salas, una dedicada a la cerámica mayólica del municipio de Tarandacuao, con algunas piezas de alfarería, y la otra con la tradicional orfebrería guanajuatense denominada “de pajarito”. Ésta provocó una viva impresión en la funcionaria: llamaron su atención los aretes que simulan ser un nido de una pareja de aves finamente talladas por manos de artesanos capitalinos.

A su llegada al Teatro Juárez, la secretaria de estado norteamericana y los mimebros de la comitiva que la acompañó por Guanajuato

En el itinerario, casi codo a codo, el gobernador de Guanajuato (de extracción panista) y el alcalde de la ciudad capital (de extracción priísta) acompañaban a la canciller mexicana y a la secretaria de estado norteamericana, en medio de una legión de agentes mexicanos y estadounidenses, que les abrieron el paso, mientras los funcionarios alzaban la mano para saludar al paso a los transeúntes.

Unos cuantos comerciantes se atrevieron, conforme al espíritu guanajuateño, y fueron a  saludar de mano a la secretaria de estado, mientras que, desde las escalinatas del centenario Teatro Juárez, se dejaban escuchar las notas de Tierra de Mis Amores, el conocido himno guanajuatense, en interpretación de la estudiantina.

Antes de entrar al teatro, Hillary Clinton se detuvo a escuchar la mandolina, las guitarras, el pandero y el canto alegre de los tunos, quienes así la bienvinieron al Teatro Juárez. La comitiva en su conjunto ingresó al coliseo, y casi dos horas después salieron. Entonces, los tunos tocaron para ellos una canción de despedida, poniendo final a otra jornada memorable, ya en el recuerdo de los habitantes de esta formidable ciudad que es Patrimonio de la Humanidad.