Sumi Jo deslumbra con su canto

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Benjamín Pacheco López

Guanajuato, Gto. 29 de octubre de 2011.- Con un bello timbre aterciopelado y un excelente control para modular la voz a su gusto, se presentó la soprano coreana Sumi Jo, en la edición 39 del Festival Internacional Cervantino (FIC).

La cantante Sumi Jo durante su concierto (Foto: Especial FIC)

La cantante, con más de 50 grabaciones —cinco de platino por ventas altas— y acreedora de un Premio Puccini en 2003, hizo retumbar el Teatro Juárez con un programa que fue desde el periodo musical Barroco hasta el llamado Bel canto (canto bello en italiano).

Se impone a teatro incómodo

Desde hace años el Teatro Juárez es conocido por su defecto en la acústica, pues permite que sonidos callejeros se cuelen y ensombrezcan las presentaciones de los artistas.

El concierto de Sumi Jo no fue la excepción, pues a la soprano le llamó la atención —durante la parte del encoré— los ruidos que llegaban desde la calle: “Es difícil cantar con la fiesta afuera”, bromeó en inglés.

De manera previa también le había costado concentrarse debido al bullicio cervantino.

Esta condición también alcanzó al pianista William Vendice, pues su ejecución en solitario —Canciones sin palabras, de Félix Mendelssohn (1809-1847)— fue enturbiada por los “acelerones” de un vehículo que trataba de avanzar por la calle Alonso tras la salida del túnel Constancia.

A pesar de estas eventualidades, Sumi Jo cautivó al público con un concierto de alrededor de dos horas, donde incluso se permitió complacencias al momento del encore y fue aplaudida en especial por algunos turistas de origen oriental que asistieron al teatro.

De esta forma, el fraseo impecable y una presencia llena de gracia; un estricto control sobre el aire para cantar una nota con dinámica de “pianissimo”, que es  abrirla lentamente y hacerla poderosa hasta llegar a un “forte” y reducirla nuevamente (“mezza di voce”); y tres cambios de vestuario acorde a las canciones, fueron parte de la magia que logró Sumi Jo durante la velada.

El programa incluyó canciones básicamente de los siglos XVII al XIX, donde se pudieron apreciar durante la primera parte: “Tornami a vagheggiar” (Händel); “Sposa son disprezzata” y “Agitata da due venti” (Vivaldi); “Nel cor più non mi sento” (Paisiello); “Villanelle” (Eva dell’Acqua); “Sérénade” (Gounod); “Ah, vous dirais-je maman” (Adam) y “An der schöen blauen Donau” (Strauss).

Para la segunda parte, en la que se notó el buen sentido del humor de Sumi Jo y la cercanía que busca con el público —aceptó un abanico de un asistente pues traía roto el que tenía destinado para su presentación—, interpretó “Me voglio fa’na casa (Donizetti); “La Pastorella dell’ Alpi” (Rossini); “Eccomi in lieta vesta…” (Bellini) y la emblemática “Les oiseaux dans la charmille” (Offenbach).