En este país llueven aeronaves.
El viernes, en medio de esa vorágine informativa desatada tras el desplome del helicóptero Súper Puma en el que viajaba el Secretario de Gobernación, el extinto Francisco Blake Mora, escribí en el Facebook esta frase: “Este país me rebasa… por la derecha”.
Encontré coincidencias entre algunas de las personas que comentaron la frase. Hubo quien escribió “Justo estaba pensando eso mismo”.
Era el 11 del mes 11 del año 2011. Poco después de las 11 de la mañana, cuando pretendía hacer mi conjuro de buenas energías tan recomendado también en las redes virtuales (insisto en llamarla así porque de sociales no tienen absolutamente nada que tenga que ver con las definiciones antropológicas y sociológicas), era interrumpida por la fuerte, enérgica voz del Obispo de Coahuila, Raúl Vera López, quien no necesitaba el micrófono para desahogar su frustración, su enojo, el enojo de muchos miles de agraviados y ofendidos por la clase política y gobernante de este país de tantas y tantas maneras.
El obispo Vera (me preguntaba yo con qué ojos lo mirará el resto de los obispos, la alta jerarquía católica de este país) hablaba de Pasta de Conchos y las viudas a quienes el gobierno federal ha negado la recuperación de los cuerpos de sus esposos “porque no son sujetos de derecho” (ay).
Hablaba de la necesidad de redactar una nueva Constitución, porque la vigente ha quedado tan desfigurada con tantos parches que le han puesto, y que sólo han servido… para violarla una, y otra, y otra vez.
(Y que sean los académicos, los juristas y universitarios, los que se encarguen de tan trascendental tarea impulsados por la sociedad. No más los políticos, que han demostrado, decía el obispo Vera, su completa inutilidad, su avaricia y su capacidad de corromperse al trato de la delincuencia. ¿Nos remitimos a algunos ejemplos o ahí muere?).
Hablaba de un presidente ciego, sordo y testarudo, convencido de que no le conviene escuchar a todas las voces que le reclaman y le rechazan su estrategia contra los grupos de la delincuencia y los costos altísimos de esta, su cruzada personal que, se diría si las sospechas de todos los mexicanos alguna vez fueran desmentidas por la verdad oficial, ya le han costado dos amigos y secretarios de gobernación, nada más por mencionar a los perfiles allegados.
Habló don Raúl Vera de un ex presidente Fox firmando un pacto de impunidad con los demás partidos políticos para que nadie le moviera el tapete con el tema de los Amigos de Fox, que mucho lodo sacarían sobre el financiamiento de su campaña.
Habló de cómo ninguno de los hasta ahora precandidatos o aspirantes a la Presidencia de la república para la elección del 2012 “nos ofrecen una salida verdadera”.
La injusticia tiene una condición estructural, se escuchó decir en la plaza de San Roque, ante los integrantes de la Red Mexicana de Afectados por la Minería y los habitantes de las poblaciones que serán inundadas, arrasadas, removidas a otra parte con el proyecto de la presa del Zapotillo.
¿Cómo mudas la identidad de un pueblo? Preguntaban los pobladores de los pueblos de Jalisco que serán arrasados (si ello no se impide), en medio de los mensajes de Facebook, de twitter, de correos electrónicos, de llamadas, cientos de rumores sobre otra aeronave caída del cielo con un secretario de primer nivel del gobierno federal muerto.
El domingo, contra todos los pronósticos, ya no era Cocoa Calderón, la hermana del presidente, la que ganaba las elecciones para gobernador en Michoacán, sino el priísta Fausto Vallejo. Todas las encuestas previas en vísperas de la elección la daban por ganadora. Antes del presunto accidente por el que el helicóptero con el Secretario Blake y su equipo se estrelló y todos murieron.
Igual que Mouriño y su equipo en una avioneta en la Ciudad de México tres años atrás.
Igual que Ramón Martín Huerta y su equipo en otro helicóptero, por los mismos rumbos, seis años atrás.
¿Cómo se gobierna un país en llamas?
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Verónica Espinosa es periodista. Ha desarrollado una importante trayectoria en medios impresos y electrónicos de la región desde hace ya varios lustros. Actualmente es corresponsal del semanario Proceso en el estado. Con más de una década de emisiones radiofónicas a sus espaldas, Candil de la Calle, prestigiada columna de opinión, análisis y crítica política ahora llega cada miércoles a través de igeteo.mx por escrito, para descubrir la desnudez de la política y la observación acerada sobre la cosa pública.