Expediente Ecológico

Oscilación del Atlántico Norte (NAO)

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(Foto: Especial)

Las siglas NAO hacen referencia a un fenómeno oceánico-atmosférico, la North Atlantic Oscilation, que es objeto de estudio para buscar comprender la interacción entre los mares y los procesos atmosféricos. Este fenómeno es como el Niño pero en versión hemisferio norte.

Así que lo que se pretende es estudiar las corrientes cálidas marinas y relacionarlas con la actividad y dinámica de las borrascas sub-polares, éstas que se mueven desde Terranova en Canadá hacia las islas Británicas.

Según las investigaciones más recientes, la temperatura de las aguas marinas en el Atlántico norte sufren una serie de fluctuaciones según el año y hay algunos con una temperatura claramente más alta que otros. Todo ello provoca una variación en la circulación de las borrascas zonales.

Así que en años con una temperatura baja en el Atlántico, las depresiones circulan más al norte y las lluvias invaden Gran Bretaña y Escandinavia, mientras que un potente anticiclón gana fuerza y frecuencia en las islas Azores y hay sequía en la península Ibérica y algunas veces hasta en los países alpinos.

Por el contrario, las aguas relativamente cálidas favorecen que las borrascas se muevan más al sur y afecten Portugal, España y Francia, como ocurrió los inviernos 95-96, 96-97 y 97-98. Además, observando las temperaturas oceánicas, se puede llegar a vaticinar el tiempo probable para los próximos meses o incluso en el plazo de cuatro años.

De ahí la gran importancia de este descubrimiento y la posibilidad de predecir épocas de lluvias y sequías a largo plazo en Europa occidental.

La Oscilación del Atlántico Norte se estudia básicamente a través de un factor de gradiente de presión atmosférica entre las islas Azores e Islandia. Según el signo de este gradiente (diferencia de presión), el invierno puede ser más o menos lluvioso. Este estudio propicia una revolución en el campo de las previsiones meteorológicas.

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Nativo de Guanajuato, se inició en la meteorología a la edad de 17 años con Luis Miguel Campos Castillo. Trabajó con el Ing. Miguel Izaguirre Mendoza responsable de la meteorologia, sismologia y astronomía de la UG. Fue jefe del observatorio ante la ahora desaparecida SARH. Su formación la adquirió con el Servicio Meteorológico Nacional y dentro del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua con sede en el estado de Morelos. Ingresó a la CONAGUA en 1991 y hasta el 2007 como instructor y jefe del Observatorio Meteorológico de Guanajuato. Forma parte del personal de la UG desde 1982.