Literaria

Oliverio Girondo y su invitación a la catarsis artística

Compartir
Oliverio Girondo (Foto: Especial)

Oliverio Girondo es un destacado escritor argentino del siglo XX nacido en Buenos Aires en el año de 1891. Su familia era bastante adinerada y por tal motivo Oliverio gozó de la posibilidad de estudiar y vivir bastante tiempo en Europa, de donde trajo muchas ideas innovadoras para poner en práctica a través de su escritura en su natal Argentina.

Girondo fue un autor prolífico y creativo, escritor de muchas obras artísticas dignas no sólo de ser leídas sino de ser escuchadas a través de la voz de experimentados lectores, pero esta vez nos centraremos en un poema por demás especial que constituye una invitación a contemplar la vida desde un punto de emotividad bastante fuerte, el llanto.

El llanto en el ser humano representa una explosión desmesurada de emociones que se desbordan a través de los ojos del ser; la gente llora de dolor, de hambre, de tristeza, de coraje, de desilusión, de alegría de emoción inexplicable, de una sorpresa desconcertante o más intensamente aún porque varias de estas emociones se han unido en un mismo momento y se desbordan a través del llanto.

Siendo así, el llanto es una catarsis, una purificación con la que el ser humano tiene la posibilidad de desahogarse lo más intensamente posible, de liberar y darse cuenta de que puede ser capaz de llegar al límite de sus emociones, en pocas palabras el llanto es la conciencia misma de que estamos vivos, tan es así que el primer sonido que el ser humano escucha de sí mismo es su propio llanto.

El poema de Oliverio Girondo “Llorar a lágrima viva” logra a través de un perfecto manejo del lenguaje estético, transmitirnos esa sensación que todos en algún momento de nuestra vida experimentamos, pero el poeta argentino hace una invitación a experimentarla siempre, en todo momento y lugar.

En el poema, el llanto funciona como una metáfora de las emociones límite que el individuo experimenta, de ese cúmulo de sensaciones que somos capaces de sentir hasta la médula; luego, el autor pretende invitarnos a disfrutar cada sensación y sentimiento con la misma intensidad con la que el llanto llega a nosotros, desbordándonos de nosotros mismos.

Leamos a continuación un fragmento del poema: «Asistir a los cursos de antropología, / llorando./Festejar los cumpleaños familiares,/llorando./Atravesar el África,/llorando./Llorar como un cacuy,/como un cocodrilo…/si es verdad que los cacuyes y los cocodrilos/no dejan nunca de llorar./Llorarlo todo,/pero llorarlo bien./Llorarlo con la nariz,/con las rodillas./Llorarlo por el ombligo,/por la boca./Llorar de amor,/de hastío,/de alegría.» (Girondo, Oliverio, 1932).

De esta manera queda explícita la invitación que el poeta nos hace a través de un recurso literario, a vivir cada instante de nuestra vida con tal intensidad como la que el llanto genera, disfrutar cada partícula de tiempo con esa libertad que se obtiene al desatar el llanto.

Luego, “Llorar a lágrima viva” es una de las grandes obras maestras de la poesía hispanoamericana, pues logra transmitir (mas no comunicar) la vida a través de los ojos del autor, unos ojos permeados de un constante, catártico y liberador llanto.

*

Yunuen Alvarado Rodríguez (1989, León, Gto.) es licenciada en Letras Españolas por la Universidad de Guanajuato.