¿Sabe usted qué importante acontecimiento sucedió el 18 de enero de 1663?

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Esta historia surge del encuentro de dos caminos. Dos expectativas perpendiculares que se encuentran y complacen mutuamente, y cuyo contexto y surgimiento abordará esta sección.

(Foto: Archivo)

El primero de ellos narra la existencia de San Pedro de Alcántara (1499-1562) quien, opuesto al distanciamiento a las normas impuestas por San Francisco de Asís, decide llevar su cumplimiento al extremo pese a la resistencia de los religiosos de su misma orden, y más aún, impone una reforma a cuyos seguidores se conoce como franciscanos de la más estricta observancia o alcantarinos. Los inscritos en esta orden menor son convocados a evangelizar Filipinas, China y Japón, para lo que es menester transitar desde la Vieja a la Nueva España para posteriormente trasladarse hacia los actuales territorios asiáticos. Se establecen en la Santa Provincia de San Diego en México en 1576, razón por la cual son reconocidos estos monjes como dieguinos, en alusión a la Provincia en la que se asientan, y para distinguirlos de los demás franciscanos, dadas las evidentes diferencias entre sus estilos de vida, especialmente por la extrema austeridad de los primeros. Es curioso notar que, pese a que la colonia de México no era su original destino, ven la oportunidad de erigir 16 conventos en ella, de los que el número 11 corresponde a la hoy ciudad de Guanajuato, en lo que conocemos como el Museo de sitio Ex Convento Dieguino.

El segundo de los caminos requiere precisar que el poderío de la industria minera en la Alcaldía Mayor de Santa Fe Real de Minas de Guanajuato contribuyó a que su población ascendiera de 4,000 a 16,000 habitantes durante el siglo XVII, en el que, por cierto, recibe el título de villa[1].

Esta expansión demográfica inspira a las autoridades civiles, políticas y religiosas a gestionar, en 1662, la fundación de una casa de frailes, para satisfacer lo que percibían como necesidad de pasto espiritual, trámite que adicionalmente encontró aliento en el beneplácito recién otorgado a la villa de Aguascalientes para igual propósito. Sus esfuerzos se ven coronados el 5 de diciembre de 1662, cuando el virrey de la Nueva España, Juan Leyva y de la Cerda, Marqués de Baños[2], suscribe la ansiada licencia para la tal fundación, visto el pedimento de los vecinos y la conveniencia de la empresa conforme da cuenta el propio Señor Obispo de Michoacán, Fray Marcos Ramírez del Prado, cuya jurisdicción abarcaba esta tierra. Es así como un portentoso 18 de enero de 1663 (en el bicentenario de la muerte de San Diego de Alcalá) llegan los dieguinos Fray Pedro de Bustamante, Definidor de la Santa Provincia de SAN DIEGO DE DESCALZOS de San Francisco, y Fray Ignacio Páez, Presidente In Capite, a Guanajuato. Toman posesión del lugar donado por el minero Alonso Rodríguez Correa para la edificación de la que fuera a ser la iglesia del conjunto conventual y dice la primera misa Fray Pedro de Bustamante el 22 de enero de 1663. Esta historia continuará… ¡sin duda!

Por ahora, resaltamos la habilidad de gestión y negociación que desde aquellos tiempos, 1662, caracterizaba a la sociedad guanajuatense, así como su habilidad para ubicar y capitalizar coyunturas favorables (como la licencia previa otorgada a Aguascalientes, tomada como argumento para conseguir la propia). No perdamos de vista que estas virtudes son, de algún modo, también nuestro patrimonio, y celebremos el aniversario CCCL del logro de la iniciativa para la construcción del primer convento de la ciudad, surgido para dar “pasto espiritual”, y que vive en la medida en la que lo alimentemos con nuestra atención, pues al fin, el Museo de sitio Ex Convento Dieguino es el corazón del Guanajuato contemporáneo, y palpita gracias a su presencia.

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[1] El 26 de octubre de 1679, por decreto del Virrey Enrique de Rivera, se le confiere a Guanajuato el título de Villa de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato.

Vale la pena incluir, en calidad de referencia, la definición que de la categoría política de villa contiene la Ley Orgánica Municipal para el Estado de Guanajuato publicada en el Periódico Oficial el 11 de septiembre de 2012, y que es: Centro de población cuyo censo arroje un número mayor de 7,000 habitantes y los servicios de: agua potable y alcantarillado, energía eléctrica, alumbrado público, calles pavimentadas, servicios médicos, policía preventiva, mercado, panteón, lugares de recreo y para la práctica del deporte y centros de educación preescolar, primaria, secundaria y media superior.

[2] Se trataba de una licencia de carácter provisional, vigente mientras llegaba la Licencia real.

Referencias bibliográficas:

       Mendoza García, Julio Armando (2000). El convento Dieguino. Guanajuato: Presidencia Municipal de Guanajuato; Dirección de Cultura y Educación.

       Serrano Espinoza, Luis (2002). San Diego. El Templo Conventual de San Pedro de Alcántara. Guanajuato: Ediciones La Rana.

       http://guanajuatocapital.gob.mx/sitionvo/index.php?option=com_content&view=article&id=202&Itemid=147

       http://www.bidi.uam.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=65:citar-recursos-normas-harvard&catid=38:como-citar-recursos&Itemid=65