Literaria

De las vanguardias a la mitificación del arte contemporáneo

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Paso en falso

(Foto: Especial)

Una de las corrientes más sobresalientes del arte del siglo XX fueron sin duda alguna las vanguardias. Recordemos que estos movimientos surgieron con el afán de desmitificar el arte, manifestar un nuevo punto de vista, destacar la función social de las manifestaciones artísticas y darle un contacto mucho mayor con la gente de todo nivel social, no sólo de la clase alta como era en las épocas anteriores; sin embargo, hoy en día vivimos en una sociedad que cada vez exige menos de las creaciones artísticas, una sociedad que ha dejado de lado la preocupación por el goce estético y esto ha causado que las manifestaciones más actuales del arte vuelvan a ser objetivo sólo de unos cuantos, de aquellos que tienen más poder adquisitivo.

Sin generalizar, el arte contemporáneo ha dejado aparte muchas cualidades que las manifestaciones artísticas como la pintura, la escultura, la literatura, etc., requieren para poder ser llamadas arte.

Es decir, lo que hoy en día se aprecia como artístico está plenamente en decadencia, la proliferación de los falsos artistas es cada vez mayor y esto porque la nulidad del sentido crítico está abundando entre la población y es que no se necesita demasiada intuición para darse cuenta de que el genio creativo que debería distinguir al artista de cualquier otro ser humano está desapareciendo, cada vez se nota en menos ingenio, menos innovación y menos esfuerzo en quienes nos ofrecen “obras artísticas”.

La presente decadencia del arte, impuesta por el arte contemporáneo a nuestros días está notándose cada vez más en la falta de calidad de las obras literarias, pictóricas, cinematográficas, etc., que con toda la confianza del mundo se atreven a ofrecer un producto sin sentido ni esfuerzo con la intención de imponer una tendencia a seguir dentro del movimiento artístico de actualidad, cuando lo único que hacen es retomar ideas ya bastante vistas y gastadas; que en un principio fueron una innovación propuesta por las vanguardias.

Debemos aceptar que el vanguardismo fue revolucionario, interesante, propositivo e innovador en su tiempo, sin embargo, se ha convertido en un escalón del que muchos de los “nuevos artistas” quieren apoyarse mediante el proceso de realizar copias, clones, o burdas imitaciones de lo que en su tiempo fue algo original.

En pocas palabras podemos decir que desde las vanguardias del siglo XX, el arte en su generalidad no ha evolucionado considerablemente, claro que hay figuras bastante dignas de reconocimiento y que verdaderamente luchan por hacer arte, por innovar y ofrecer al espectador auténticas obras llenas de originalidad e ingenio creativo; sin embargo también existen demasiados falsos artistas que intentan convencer a la gente más pudiente de que su trabajo es arte, cuando lo único que hacen es auto promoverse como un producto más de la mercadotecnia y lo más triste de todo esto es que muchos de ellos lo están logrando, están aprovechándose de una sociedad vacía, sin sentido de la estética, preocupada sólo por aparentar conocimiento e interés por lo artístico y lo más sorprendente, es que la sociedad intelectual del mundo entero está comenzando a caer en ese juego, convirtiendo en objeto de veneración y admiración a estos productores en serie de imitaciones absurdas, poco propositivas y con nula creatividad.

Comencemos a ser nuevamente personas que se acercan al arte por verdadero interés a él, por una motivación propia de experimentar un gusto estético y una contemplación distinta de otras perspectivas. Exijámosle al artista plástico, al escritor, al cineasta, etc., que innove en su diario quehacer y no nos conformemos con los absurdos que cada vez proliferan con mayor facilidad hoy en día.