charamuscas y Trompadas

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El pasado 25 de noviembre, el consejo general del Instituto Electoral del estado de Guanajuato hizo la declaratoria formal del arranque del proceso electoral 2023-2024, que se instala en automático, –como en cada sexenio– como la Madre de todas las elecciones.

Lo cierto es que contrario a lo que se venía especulando, los que perdieron todo fueron los fundadores de Morena, representado por la familia Prieto. A don Ernesto no le valió ser compadre del jefe de los Pinos, a César ser un alcalde con el reconocimiento público, que no podrá competir porque va candidata en su municipio y a Ernesto, pelearle a Alma Alcaraz, el liderazgo, desde que la disputa estaba en la cancha partidista. 

De hecho, existe la maquiavélica teoría de que “han sido infiltrados por panistas, priistas y perredistas para acabar con el movimiento”, lo cierto es que les han dejado con un palmo en las narices y no acaban de aceptar que sean tan díscolos que no les dejarán ni las migajas del pastel.

Ganó Ricardo Sheffield y eso se lo restregarán a sus contrarios hasta en la sopa, y no nada más en Morena, el impulso arrasó hasta con los del verde que se estuvieron ufanando hasta el final de su autonomía y reconocimiento. Aunque al final del día, todo se lo llevó el caño y tuvieron que registrar de última hora su coalición de Morena, Verde y PT (aunque no llegó ni al 3 por ciento de la votación en el pasado proceso en el estado).

La definición que dio el leonés para la candidatura al gobierno estatal, siendo una posición para las mujeres, fue colocar a la expanista Alma Alcaraz Hernández, que ahora tendrá la gran oportunidad de convencer a los incrédulos de casa y tratar de ganarse a los de afuera, sin embargo, parece que ser que la exigencia de la salida de su villano favorito, Carlos Zamarripa ya no les alcanzará, para la campaña estatal.


De hecho, ya presentó a su equipo donde destacan algunas posiciones, que parecerían ser un verdadero acto de provocación, por ejemplo, el nombramiento de la ex alcaldesa de Salamanca, Beatriz Hernández Cruz, como la vocera de la precampaña, cuando mostró su total insensibilidad ante el homicidio del periodista,  Israel Vázquez, casi casi responsabilizándolo de la agresión que le costó la vida.

Los de la coalición de enfrente, del PAN, PRI y (lo que queda del) PRD, tampoco cantan mal las rancheras, aunque lucen más organizados.

¡Vamos! si hasta parece que efectivamente están convencidos de que Libia Denisse García Muñoz Ledo les pueda dar la garantía de refundarse o dar la impresión  de que las azules puertas del PAN se abrirán a los nuevos liderazgos, y que los zánganos y trepadores de siempre, les dejarán la cancha libre. Hasta creen.

A pesar de que son los del PAN los que tienen la sartén por el mango, también hay víctimas y damnificados. Los grupos están en pleno jaloneo por lograr aunque sea una regiduría en Santa Catarina o Tierra Blanca, pero no hay posiciones para todos y habrá un buen número desempleados.

En el caso de la capital, donde son los propios panistas los que le regatean el reconocimiento a Samantha Smith, como candidata a la presidencia municipal, por el pecado de ser la esposa de Alejandro Navarro.

Cuando dicen que la candidata que suena fuerte, por los azules, los verdes o los colorados para mantener la capital es la esposa de Alejandro Navarro, Samantha Smith y tuercen la boca, para mostrar su desaprobación y dicen que ya estuvo bueno ¿y cómo quién te gusta?, ¿de cuál familia? Delgado, Zárate, Barrera, Romero…de esas que están identificadas como las dueñas de la franquicia blanquiazul.

En onda reflexión, Remigio Leroy, el más influyente de Santa Paula y sus alrededores,  considera que más que fijarse en la parentela, lo que más le debe interesar al ciudadano, son los resultados de una administración. Así de fácil.

De que le sirve a la capital, un alcalde, alcaldesa, que sea buenísimo como administrador, bien parecido, con inmejorables intensiones, pero una piedra para trabajar en equipo; o aquél  que se la pasa señalando, ¡corrupción; corrupción, y corrupción!, pero no presenta una sola denuncia, o si lo hace, no presenta ninguna prueba de lo que afirma.

Quién no  tiene en sus círculos íntimos a alguno de los  renegados que reconocen que se equivocaron al elegir al animal político por el que apostaron en la elección del 18, confundidos por el canto de las sirenas, solo hay que mirar un poco más a fondo, detrás del mono o de la mona que va a aparecer en la boleta, para saber quién es el(a) bueno(a) para el Cuévano que todos queremos. 

Así no lamentaremos haber elegido a ciegas como cada proceso, cuando nos quejamos del desengaño meses después.

Entre los chiquitines, los del Partido Naranja, al parecer ya agarraron viaje y ficharon a la hasta hace unas semanas renegaba de ser priista, Yulma Rocha Aguilar.