Literaria

Auto crítica y sarcasmo de Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges

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En la literatura hay que evitar…

Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges (Foto: Especial)

Es bastante conocida en el mundo literario, la estrecha relación amistosa que existió entre dos figuras renombradas de la literatura latinoamericana llamadas: Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges, ambos talentosos escritores con estilos distintos y peculiaridades que hacen a la obra de cada uno original.

Sin embargo, aunque su ingenio era inigualable por separado, estos dos autores generaron proyectos de escritura juntos; muestra de esto es un texto poco comercial y menos conocido de textos inéditos que ambos autores generaron en mutua colaboración, dicho texto se titula: Museo.

Este libro, que contiene una introducción escrita por Bioy, titulada Libros y amistad,  misma que describe con detalle cómo es que se conoció con Borges cuando él apenas era un aprendiz de escritor admirador de Borges y éste último ya era del todo un gran escritor reconocido y exitoso.

Narra una conferencia que Borges daba para estudiantes y admiradores y Bioy se atrevió a hacerle preguntas poco esperadas tanto por él como por el resto del público, por lo que desde entonces ambos colegas comenzaron a formar una buena mancuerna capaz de realizar y afrontar la mutua crítica y llevar su trabajo a la colaboración.

Si bien la mayoría de los textos que contiene la obra Museo reflejan un estilo mezclado en el que ninguno de los dos autores predomina del todo, existe un apartado dotado de un sarcasmo especial, punto de coincidencia entre los dos grandes escritores, este apartado se titula: En la literatura hay que evitar…,  este apartado del libro fue publicado primeramente en la revista  Quimera  en Barcelona España el año de 1978, aquí se describe cómo es que todo aquel que quiera dedicarse a la literatura no debe escribir.

El texto consta de una lista de dieciséis consejos para futuros autores donde los escritores Borges y Bioy exponen fenómenos literarios demasiado gastados, predecibles, e incluso errores o voluntades que ambos cometieron ya en algunos de sus textos.

El tono de sarcasmo con el que esta lista está escrita consigue que pensemos que quizá pueda tratarse de una broma, pero si nos disponemos a leer con atención lo que nos presentan nos damos cuenta que sus consejos tienen de verdad mucho sentido y deberían ser tomado en cuenta tanto por escritores como por críticos.

En ella se sugiere que no se use el dramatismo innecesario, los opuestos psicológicos que se tornan ya demasiado predecibles por la subjetividad de la mente humana, las mezclas irracionales de contextos y géneros en una misma obra o las reinterpretaciones de obras ya encumbradas y reconocidas.

Con esto Borges y Bioy critican fuertemente a escritores con fama mundial, premios de literatura, etc., y por supuesto también a ellos mismos y sus obras; a los críticos les aconsejan no aferrarse a una interpretación biográfica de las obras y desligarse de la vida personal del autor. Por lo que hacen la sugerencia de una verdadera crítica artística.

Es por demás interesante leer esta perspectiva de los dos escritores quizá con más éxito y reconocimiento en cuanto a literatura hispanoamericana se trata, ya que a través de ésta, podemos desmitificar autores engrandecidos por la historia y releer sus obras de un modo más objetivo y humanista, la idea de que ellos mismos también se desmitifique por medio de su trabajo les da un plus a sus recomendaciones y  el tono de sarcasmo que impregna todo el texto hace que su lectura sea ligera y divertida. Nos muestra una faceta crítica de escritores de literatura que nos permite conocer su perspectiva teórica al respecto y esto lo hace sumamente interesante.