Una Colorada(vale más que cien Descoloridas)

Opuestos (+3 y-3)

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Reforma energética (Foto: Especial)

En álgebra un mismo número puede ser afectado como contrario aun cuando su valor absoluto sea el mismo (+3 y -3) y algo similar ocurre con las palabras, frases, declaraciones y en general el lenguaje usado por políticos, empresarios y gente en general acostumbrada a usar el verbo como una moderna forma de encantamiento.

Con el fin de lograr solo un reducido grupo de detractores, los artífices del TLC contaron con expositores, quienes, en materia de producción agropecuaria, vociferaron a los cuatro vientos que las exportaciones agroalimentarias serían una fuente innegable de progreso, debido básicamente a la posibilidad de acceder a una variedad mayor de productos como resultado del compromiso de EUA y México para eliminar todas las barreras arancelarias y restricciones cuantitativas a los productos del campo. A lo largo de los años y sobre todo cuando se acercaba el tiempo de abrir completamente la fronteras, las cámaras empresariales y grupos privados machacaron las notas propagandísticas que hablaban de aumento sustantivo en las exportaciones[1]. ¿Por qué ahora que se trata de lograr una corriente de opinión favorable a la privatización —perdón modernización— de PEMEX, nos argumenta precisamente el titular de la SAGARPA que esto es necesario para que el campo tenga fertilizante menos caro que los que importamos desde lugares lejanos? Toda la propaganda está encaminada a convencernos, con el argumento de que si nos adherimos a la legalización de la entrega de un bien no renovable como son los hidrocarburos, y compartimos con empresas extranjeras el espacio aéreo, el subterráneo —minas de toda índole—, el marítimo —costas, mar territorial etc.— nuestra vida será mejor. ¿Alcanzarán los menos de seis años que le restan al señor presidente para de verdad bajar el costo de la luz, el gas y la gasolina? ¿Tienen en mente estos futurólogos el tiempo que se lleva una aprobación legislativa lejana de ser tersa, que incluye una Tour por los estados de la Federación y por supuesto la discusión y acuerdos de las leyes secundarias? ¿Están seguros de que no habrá más dumping para obligarnos a comprar insumos extranjeros caros a cambio de vender baratas nuestras materias primas?

Mientras este proceso se da —algunos hablan de cuando menos tres años— tenemos tiempo de reflexionar en otro ejemplo nacional de oratoria contradictoria. La vivienda, es una de las ofertas favoritas de los hacedores de piezas oratorias sobre todo en campañas proselitistas o reactivas a eventos naturales que pudieron ser menos fatídicos. Por el cacareado déficit de habitación se ha trastocado el Estado de Derecho, violando usos de suelo, invadiendo y destruyendo reservas naturales y corrompiendo a toda suerte de gobernantes que por debajo de la mesa reciben —en efectivo o en especie, para sí o sus familiares— sobornos. ¿Cuánto y quiénes fueron los beneficiarios de cientos de miles de unidades habitacionales hoy abandonadas u ocupadas por malandrines dedicados a la invasión, el robo, y el secuestro? ¿De verdad esperan estos empresarios de “la oportunidad” ser rescatados?[2]. ¿Seguirán construyendo palomares de 40 metros, sin servicios, alejados de los centros de trabajo, sin transporte eficaz y sin más sustento que la demagogia?

El último ejemplo de discursos opuestos es el referido a la salud. Este rubro al igual que la educación se cacareó hasta lograr en 1996 la firma del Acuerdo Nacional para la Descentralización de los Servicios de Salud[3]; pero en la realidad y como insumo argentario para los hacedores de periodismo amarillista, en toda la república hay casos de corrupción aunados a muertes que pudieron evitarse, compras simuladas, subutilización de construcciones y desempleo de profesionales de la salud, sin que el sistema de financiamiento de la salud denominado Seguro Popular, haya marcado una diferencia favorable entre políticas anteriores[4] y las inauguraciones de edificios hospitalarios monumentales, aunadas a celebraciones de aniversarios cívicos o personales. Es la hora de portarse serios, el pueblo no es estúpido, el riesgo no topa en solo un resultado matemático fallido, estamos colocándonos en el umbral de la extinción de México como patria, casa de todos los mexicanos, sitio privilegiado que ya no aguanta más saqueos, pueblo dispuesto a defender lo que es suyo incluso con la violencia.

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[1] $52 mil millones de dólares en 1993 a $250 mil millones en 2006, aunque reconociendo en párrafos no destacados que la balanza siempre era desfavorable —llegó a superar los $3 mil millones de dólares— para México —con solo 9% de subsidio— y siempre con la sospecha de si en verdad la calidad de lo importado es superior, si los precios son competitivos o las condiciones sanitarias de los alimentos que traemos son mejores a los que antes producíamos, vgr. el maíz transgénico y otros. De en 1994 hasta 2012 los precios dumping han obligado a los productores mexicanos a abandonar sus cultivos, enfrentando a los maiceros nacionales con los estadounidenses beneficiarios de subsidios hasta de un 30%. Si a esto le sumamos que justo en el 2008 el gobierno mexicano regaló 2 mil 140 millones de dólares a las trasnacionales importadoras y productoras de nuevos granos, entenderemos por qué la producción de trigo se redujo en casi un tercio y la superficie cultivada cayó en 43 por ciento y la soya, que llegó a ocupar 500 mil hectáreas, ahora sólo es sembrada en 88 mil.

[2] Analistas del sector de la construcción y de las principales compañías constructoras de vivienda en el país —GEO, Ara, Sare, Urbi y Homex—, enfrentan una problemática derivada de casi 5 millones de viviendas abandonadas en el país.

[3] Desde la presidencia de JLP, se hicieron intentos de descentralización en toda la administración pública, luego se retomó la idea en 1985 como resultado de las crisis del sismo y es hasta once años antes de Juan Ramón de la Fuente que el proceso se reinicia.

[4] El IMSS extendió en el pasado su cobertura a poblaciones marginadas a través del Programa Nacional de Solidaridad Social por Cooperación Comunitaria convirtiéndose en el Programa IMSS-Coplamar por Cooperación Comunitaria en 1979 y posteriormente en IMSS-Solidaridad; actualmente el Programa IMSS-Oportunidades es un verdadero desastre.