Una Colorada(vale más que cien Descoloridas)

Símbolos

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(Foto: Especial)

Cual maléfico lunes, nuevamente el tema emergente opaca a una celebración cívica. La recaptura de un delincuente cuyo cinismo e impunidad obliga a sospechar de fuertes complicidades con la gente del poder —político, mediático y económico— no solo en nuestro territorio, sino en puntos importantes de la aldea global. ¿Es casualidad la operación, justo cuando el pueblo clama castigo a los funcionarios despilfarradores señalados por la ASF? ¿No son también criminales los que usan nuestros impuestos para promover su imagen como lo hacen delegados y diputados en la ciudad de México? La mayoría de ellos presumen del cambio de luminarias en sus demarcaciones y cargan ese costo a sus presupuestos ¿Por qué no se les investiga por falsedad en declaración, si todos saben que en realidad lo pagaron con fondos diversos —federales, auto-generados o de partidas vecinales— sin que justifiquen qué hicieron con lo birlado?

Mientras la impunidad continúa, hoy serán muy pocos, los que de verdad se emocionen al pensar o celebrar el día de nuestro mayor símbolo: la Bandera.

Entre la compulsión manipuladora de los medios —sobre todo electrónicos—, la cancelación de la educación cívica, y el interés maligno de los enemigos de México, un número muy reducido de niños y jóvenes entienden el significado de los símbolos, el origen y evolución del “lábaro patrio”, cuáles motivos impiden que se use la bandera en la moda —en el vecino del norte, vemos las estrellas y las rayas hasta en la ropa interior— ni mucho menos la solemnidad que la ley ordena para el manejo de éstos.

Desde los grupos más simples —aun en aquellos no alfabetizados— las ideas expresadas en signos han sido  la forma de comunicación constante. En pleno siglo XXI figuras, pictogramas y en general símbolos cercanos a lo que fue la taquigrafía, son elementos visuales que facilitan la trasmisión de conceptos y la pronta respuesta de comunicados.

Representar una idea mediante gráficos, colores, y en general elementos que además se han consensuado y aceptado socialmente, es el mejor camino para la percepción, el registro en la memoria y la asociación del símbolo, con valores distintivos que refuerzan los lazos del grupo que les adopta. Si, como dijo Aristóteles, pensar impone el visualizar imágenes, algunas de estas —como sería el caso de la bandera— supone la correlación, con Patria, Nación, héroes, historia, soberanía, orgullo del ser ciudadano etc. ¿Tiene en mente la fecha en que se estableció nuestra bandera? ¿Saben sus hijos cuántas variables ha tenido la bandera de México a lo largo de los más de 200 años que como nación apenas celebramos hace 4 calendarios?

¿Por qué a la bandera se le considera un símbolo y qué diferencia hay entre este y otros como los religiosos —cruces, peces, cuentas, velas etc.— o los políticos? Si nos remontamos al imperio romano, encontraremos que los legionarios usaban enseñas, por lo cual se asume que fueron ellos quienes llevaron esta idea a Europa. Los visigodos también portaban distintivos aunque al parecer eran rígidos y no es sino hasta la presencia de los musulmanes en la península ibérica que se inicia el uso común de paños  de telas ligeras, en forma de banda o estandarte. Los cruzados asumen esta forma de distinguirse y llevan sus pabellones a territorios lejanos, y así el “Francón” germano, pasa por la “bande” francesa y nos llega como bandera a través de los españoles. Antes de que  una bandera fuera considerada como insigna de nacionalidad, los reyes, grupos de poder o linaje, diseñaron y usaron estandartes que les identificaban. La bandera vigente con esencia nacional más antigua es justamente la danesa y resulta lamentable que celebraciones como la de hoy sea sustituida en las mentes de la generaciones jóvenes por la euforia de la captura de un delincuente al que se le componen corridos y hasta se le incluye en las listas de los más ricos del mundo.

El significado de este símbolo cívico que es nuestra bandera, está asignado, entre otros muchos documentos, en la ley sobre la bandera, el escudo y el himno nacionales, cuyas variables deberían conocer los educandos cuando menos en sus versiones de 1984 y 2012. Poco sentido tiene el marchar de una banda escolar cada lunes si los chicos no saben qué han representado los tres colores de la bandera a los largo de la historia. ¿Conoce gente que piensa que nuestro lábaro es una bandera italiana con escudo mexicano? ¿Sabía que incluso las medidas de su diseño están marcadas en la ley? ¿Por qué hay ceremoniales diversos para izarla, retirarla, pasarla de un grupo a otro e incluso saludarla? ¿Ha observado cómo es que muchos gobernadores se llevan la palma de la mano al corazón ignorando que este gesto es propio de los anglos sajones? El permitir que esto se convierta en uso común ¿pretende que borremos lo que nos distingue de otras comunidades países y antropologías? ¿No fue suficiente el encanto de los espejitos para borrar a los mayas, los aztecas y tantos otros que hora se afanan en redescubrir? Ojala que usted y sus hijos indaguen y celebren dignamente el Día de la Bandera.