Candil de la Calle

Dos meses, dos prófugos

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Solís Arzola, Karla no está sola

El procurador no descartó llamar a declarar al alcalde de Silao (Foto: Archivo)
(Foto: Archivo)

Este martes 4 de noviembre se cumplieron dos meses de la agresión cometida en contra de la reportera del El Heraldo Karla Janeth Silva Guerrero, corresponsal de este medio en la ciudad de Silao.

Dos meses, tras esa inefable tarde del jueves 4 de septiembre.

Tras una golpiza artera, ventajosa, premeditada, vinieron las amenazas, torpemente emitidas por los emisarios, visibilizando el mea culpa de los posibles remitentes del abuso: “bájale a tus notas”; “dile que le baje de güevos a sus notas o a ti también te va a cargar la chingada”, le dijeron a Karla y le dijeron a su compañera Adriana Elizabeth Palacios, ambas amedrentadas, Adriana con un cuchillo apuntándole al rostro, Karla tirada en el piso.

Las notas que escribe Karla en su trabajo diario —hay que recordarlo, no hay que olvidarlo— se refieren al desempeño del gobierno municipal que encabeza el priista Enrique Benjamín Solís Arzola, con todo y su esposa como presidenta del DIF, y sus colaboradores en cada una de las áreas.

Este es el resumen de hechos y el corte hasta la fecha:

La Procuraduría de Justicia del estado no ha logrado capturar al presunto instigador del ataque, el (ex) director de Seguridad Pública Municipal, Nicasio Aguirre Guerrero.

Hasta el momento, y escudándose en su fuero, el presidente municipal silaoense no ha declarado ante las autoridades ministeriales, aun cuando fue requerido formalmente el 18 de septiembre.

El caso se encuentra en etapa de investigación complementaria, después de la aprehensión de cuatro de los presuntos implicados en la golpiza que dejó a Karla una conmoción cerebral y  múltiples lesiones en todo el cuerpo, así como una cicatriz permanente en la frente.

El subdirector operativo de la Policía, Jorge Alejandro Fonseca, así como tres hombres presuntamente contratados para golpear y amenazar a Karla, fueron capturados y consignados ante jueces de oralidad, los cuales determinaron enviarlos a prisión preventiva y someterlos a juicio ante los datos de prueba que los implican.

El periodo para la investigación complementaria (de acuerdo con el nuevo sistema penal acusatorio) podría ampliarse, pues hay nuevos testimonios que se están recabando tanto por el Ministerio público —en su papel de defensor de Karla— y los defensores de los cuatro imputados que se encuentran presos en el Cereso de Irapuato, de quienes se ha alegado desde un principio que fueron detenidos de manera irregular o ilícita.

La Procuraduría Estatal de los Derechos Humanos inició de manera oficiosa el expediente de queja 223/14-A, mismo que fue ratificado por la periodista cuando ésta se encontraba hospitalizada.

El ombusman Gustavo Rodríguez Junquera ha informado que ya concluyó la investigación del caso y que se encuentra por emitir la resolución sobre el mismo.

La PEDH determinó medidas precautorias consistentes en resguardar a Karla, a su familia y las instalaciones del periódico.

Esta vigilancia está vigente y corre a cargo de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado (FSPE).

Esto quiere decir que Karla, quien regresó a trabajar hace un par de semanas, lo hace “acompañada” por agentes de las FSPE. Mientras tanto, un presunto orquestador está prófugo, y otro autor material —él o ella— continúa en su cargo público, campante y rampante, protegido por fuero, poder, pactos políticos, impunidad.

¿Justicia? No. Todavía no hay Justicia para Karla, para la mujer, la periodista agredida en el ejercicio de su profesión.

Y la seguimos esperando. Nosotros, periodistas.

Porque #TodosSomosKarlaSilva.