Me sorprendió la generosidad del primer mandatario cuando en su discurso del 56 aniversario de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión, felicitó a los concesionarios porque “cumplen una función social y de interés público, esencial para el avance democrático de México. Lo hacen al informar con veracidad y oportunidad, así como al promover los valores que nos unen e identifican como mexicanos”.

¿Qué pesa más en los tiempos y calidad mediáticos, la nota roja vinculada con fosas, marchas de madres que buscan a sus desparecidos; o la presencia en México del premio nobel de la paz? En el 2006, un economista originario de Bangladesh cuyo impulso de superación le permitió estudiar en una universidad norteamericana, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz. Ese personaje reflexionó un día por la incongruencia de dar clases en una universidad y ver en la calle a conciudadanos famélicos abrumados por la pobreza.

El banco Granmeen o del pueblo, se inició en 1983, por la visión de este individuo que a lo largo de 20 años, además de haber otorgado micro créditos por más de dos millones de euros como una forma de incentivar el desarrollo social y económico a partir de la base de la pirámide, ha recorrido el mundo explicando porque “La idea del capitalismo no es mala, pero además de ganar dinero hay que lograr otro tipo de satisfacciones”.

Este hombre estuvo en México la semana pasada, capacitando a personas jóvenes sobre su modelo económico que indudablemente no es del agrado de banqueros y empresarios en general cuyo valor principal es la ganancia personal. La felicidad es más importante que el profit, enseña Yunus, los pobres del mudo deben dejar de ser buscadores de empleo para convertirse en dadores de trabajo, aun cuando no tengan terrenos o bienes, la clase de pocos o ningún recurso pueden ser sujetos de crédito, ellos y de manera particular las mujeres, siempre pagan sus deudas.

¿Por qué los medios no le otorgaron similar intensidad que a la muerte de Chespirito a las palabras de inauguración de la Cumbre Global de Negocios Sociales[1]? ¿Cuántos pusieron atención a las palabras de Ildefonso Guajardo Villarreal quien en representación del presidente de la república resaltó que el emprendimiento social tiene como objetivo transformar sociedades y crear el efecto dominó de multiplicación en sociedades específicas? Los pobres de México ¿han sido informados por los medios, de la creación en el 2013 del Instituto Nacional del Emprendedor –INADEM–, como un camino para integrar un segmento importante de emprendedurismo social?

Aunque mandar a segundo término y tal vez al archivo de lo olvidado este tema y la visita de Yunus, no es algo que daría el mismo rating que la misa en el estadio azteca, lo cierto es que pocos saben que nuestra querida patria ha sido anfitriona de otros ganadores del premio Nobel, no solo de la paz sino de las ciencias[2], hombres de mente superior que al igual que Yunus, entienden que la felicidad es un derecho humano que no necesariamente se logra con la riqueza excesiva. “Los negocios sociales son una manera de habilitar un marco de trabajo. Los negocios sociales desempeñan un papel clave para revelar el potencial de un gran grupo de emprendedores dispuestos, cuyos talentos no han sido descubiertos” dijo Guajardo sin que las empresas de comunicación tan bien tratadas por el presidente, lo difundieran como se merece para beneficio de los pobres y desempleados de este país, que en diversos foros admite tener un porcentaje de población mayor al 50% en situación de pobreza[3].

Tanto en la inauguración como en la conferencia gratuita dictada el sábado, con apenas el 50% de la oferta de espacio cubierta, Muhammad Yunus detalló que siempre ha creído que el problema no reside en los desposeídos, pues ellos son personas a quienes simplemente no se les ha dado la oportunidad de desatar su potencial y su energía. Por supuesto que la andanada de críticas a Yunus no se ha hecho esperar, y siempre queda la duda de si quienes las promueven son los que pudieran verse afectados en sus intereses.

El gobierno de México ha dicho que desea que todos los mexicanos entren a la formalidad. Los ambulantes y muchos otros son en realidad emprendedores, a los que les ha resultado menos caro repartir cuotas a líderes deshonestos e impunes, que enfrentarse a una burocracia tortuosa. Para alcanzar la felicidad, debemos empezar por ser menos fanáticos. El fanatismo es padre de las guerras santas, de la violencia urbana, incluso de la veneración de santos como un señor Malverde, que se supone cuida a los narcotraficantes.

Es una pena la pérdida del señor Gómez Bolaños, pero él no debe convertirse en un objeto para comercializar los tiempos de la televisora en la cual ni siquiera se le reconoció en sus inicios. El chavo del ocho se llamo así porque en la televisión independiente de México —canal ocho— le dieron un espacio. Acabemos con los piratas de cuello blanco, no asistas a manipulaciones masivas ni veas la programación machetera que al igual que el lavado de cerebro te enajena. Ocupa tu tiempo siendo feliz.

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[1] (VI Global Social Business Summit 2014), es el más importante a nivel mundial para los negocios sociales y se lleva a cabo por primera vez en el Continente Americano, Su propósito fundamental es el de promover soluciones a problemas sociales a través del modelo propuesto por Yunus.

[2] En 2002, Kurt Wüthrich de química, nos visto en abril del 2008.

En 2004 AMC. Aarón Ciechanover —también de Química— dicto conferencias en la UNAM a alumnos de posgrado.

Cuatro Premios Nobel y dos ganadores del Príncipe de Asturias buscaron acercar la ciencia a los ciudadanos durante La semana de la ciencia y la innovación 2012, en la Ciudad de México: John Robin Warren 2005 de medicina Albert Fert Física 2007, Georg Bednorz Física 1987 y Kurt Wüthrich Química 2002. y del príncipe de Asturias el mexicano Arturo Álvarez-Buylla Roces -Investigación Científica 2011- y el colombiano Manuel Elkin Patarroyo Murillo -Investigación Científica 1994.

[3] En 1995, el nivel de pobres en Bangla era de 365. Se levo hasta 45, en el 2004 y va a la baja estando en 31% en el 2010, en México 51%.