La semana pasada quedamos sorprendidos, con eventos que nos lastiman, que llaman la atención, sobre todo por el trabajo profesional, crítico, analítico, incisivo de comunicación de personas comprometidas con este medio. Y es que nos enteramos de la muerte del periodista y escritor Don Julio Sherer García, hombre de excelencia en su desempeño laboral, todo un ejemplo a seguir, y casi al mismo tiempo nos enteramos del vergonzoso ataque a los miembros de la revista francesa Charlie Hebdo, cuya característica es la ironía, la crítica por medio de sus caricaturas, dicho ataque dejó más de una docena de muertos, entre ellos los moneros más reconocidos. Y de igual manera nos informaron del fallecimiento de un comunicador por medio de la pantomima, el malabarismo, el arte del clown, Raúl Catalán Flores, quien falleció a causa de una enfermedad que desde varios meses atrás venía sufriendo. Así pues resulta que unos por la edad y las enfermedades y otros por la venganza de no pensar como ellos cayeron a causa de las balas en ese artero atentado, para todos ellos que dejan de ser comunicadores y que la libertad de expresión que tenían quedó silenciada.
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Por crítica incisiva y fina
a famosos líderes de opinión
con fuerza terrenal y/o divina
callaron su libertad de expresión…
