Guanajuato, Gto. 12 de abril de 2015.- La aspirante de la coalición PRI-PVEM a la diputación federal por el IV distrito, Erika Arroyo Bello comentó que los cargos de elección se trabajan no se heredan.
A una semana de campaña por los municipios de Guanajuato, Dolores Hidalgo y parte de Irapuato, señaló que ella sola se está labrando una carrera política que empezó casi desde la secundaria, formando parte del Frente Juvenil Revolucionario (FJR) e involucrándose en las tareas y actividades que realizan los jóvenes tricolores.
“No puedo negar que nací en la política y he crecido en la política; he recibido una gran influencia de mi padre y de mi madre, de los dos, porque tanto Erika como Francisco, me han inculcado siempre el valor del trabajo, el valor de la honestidad, de la coherencia y de la justicia”, puntualizó.
Hija del actual diputado federal y vicepresidente de la mesa directiva del Congreso de la Unión, Francisco Arroyo Vieyra, dijo que a pesar de que no figura mucho en la escena pública su madre siempre ha sido “una mujer muy luchona, que siempre está detrás de los dos, animándonos a luchar por aquellos que no tienen voz o que no se les escucha; claro que hay una influencia como toda persona que recibe el ejemplo de sus padres, en cualquier actividad no nada más en la política”.
Afirmó que su padre a pesar del activismo político que le caracteriza, siempre ha sido muy respetuoso y en el momento en que ella decidió estudiar Derecho en la Universidad o escoger el camino de la política –ya ha sido regidora del ayuntamiento de la capital y actualmente es diputada local con licencia—“es porque en verdad estoy convencida de lo que quería”.
Arroyo Bello, aseguró que la política no es una imposición en su vida sino que es algo que trae en la sangre, es natural estar en contacto con la gente, porque se ha topado con mucha gente con la que ya ha trabajado y eso a la gente no se le olvida.
