Ecos de Mi Onda

Todos somos migrantes

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Imagine no possessions

I wonder if you can

No need for greed or hunger

A brotherhood of man

Imagine all the people sharing all the world.

 John Lennon

*

(Foto: Especial)
(Foto: Especial)

Eva comió de la fruta prohibida y la compartió con Adán, y ambos se dijeron engañados por la serpiente. El Señor Dios los expulsó del Paraíso por haber desobedecido sus mandatos y entre otras calamidades les sentenció: comerás el pan con el sudor de tu rostro, hasta que vuelvas a la tierra de que fuiste sacado, porque polvo eres y al polvo regresarás. Adán y Eva son obligados a abandonar su territorio, a cambiar de residencia, a emigrar. En esta alegoría, el ser humano se convierte en inmigrante, establecido en un nuevo territorio para tratar de desarrollarse, formar una comunidad y sobrevivir bajo las condiciones del espacio-tiempo. Siguiendo con la alegoría, Caín, al asesinar a Abel es maldecido por Dios que lo condena a vagar errante por el mundo, convirtiéndose entonces en el primer transmigrante.

¿Debemos culpar a Dios de lo que pasa en el mundo? Es factible pensar que desde la prehistoria los seres humanos se enfrentaron entre sí por codicia, por ambicionar lo que tiene el otro y emprender una lucha para quitárselo por la fuerza, ya que por alguna razón oscura unos y otros sienten tener la certeza de merecer el bien por el que luchan, en lugar de pensar en beneficiarse mutuamente al compartirlo. En la historia, los ejemplos de codicia humana son innumerables y hasta hoy la humanidad aún no ha alcanzado el nivel de desarrollo como para que la justicia y los nobles sentimientos formen parte del pensamiento y de la conducta cotidiana.

¿Quién le puso fronteras al mundo? ¿Quién convino con el reparto de la tierra y sus recursos? ¿Acaso Dios delegó en alguien la concesión de bienes raíces?

A partir de la imaginación de los griegos, Pandora abrió el ánfora de la que salieron las desgracias del mundo, el hambre, la pobreza, las enfermedades, los vicios, las plagas —sólo quedó la esperanza dentro de la jarra—. Desde luego que los infortunios han sido en todos los tiempos, democráticamente distribuidos. Sin embargo, la riqueza ha sido, y es, privilegio de un número reducido de personas en el mundo y en datos interesantes y verosímiles se señala que aproximadamente el 8% de la población mundial acumula casi el 83% de la riqueza del planeta, además de que esa fracción ostenta la fuerza y el poder no sólo para defenderla, sino para acrecentarla, a costa del casi 92% de la población que trata de retener con las uñas, el apenas 17% del capital total.

Si hablamos de pobreza en México, es difícil aceptar que más de 50 millones de mexicanos no cuentan con los ingresos suficientes para satisfacer las necesidades básicas de casa, vestido y sustento requeridas por sus familias, y más triste aún es conocer que, de acuerdo a la UNICEF, alrededor de 10 millones de niños viven hoy día en condiciones de pobreza alimentaria. Por supuesto que esto no es privativo de nuestro país, pero tampoco es un consuelo saber que en el ranking mundial existan países que viven bajo circunstancias mucho peores que las nuestras, y que las estadísticas indiquen que más de 900 millones de seres humanos en el mundo vivan en pobreza extrema, entendida como la imposibilidad de alcanzar los estándares mínimos de nutrición, salud y vivienda.

Así pues, dentro del mismo México ha habido flujos de migración importantes en búsqueda de mejores niveles de subsistencia, como lo fue el éxodo de miles de habitantes de muchos de los estados de la República hacia el Distrito Federal, a todo lo largo del siglo XX, y que hizo de la capital una megalópolis extremadamente difícil de controlar y con enormes desigualdades a su interior. Actualmente, miles de pobladores de los estados con menores índices de desarrollo humano tratan de encontrar mejores condiciones de vida en los estados con mayores oportunidades laborales. No obstante, la mayor atracción para muchos mexicanos es la de cruzar la frontera de los Estados Unidos en busca de vivir el sueño americano.

Las causas de esta migración con destino hacia el norte son variadas, si bien para una gran proporción de migrantes, se origina por la situación regional de miseria y falta de oportunidades de empleo digno. A pesar de las dificultades, riesgos y peligros que se han acrecentado, los Estados Unidos constituyen el principal polo de atracción, debido a que si se logra rebasar la frontera, el bracero o espalda mojada, tiene cierto grado de certeza de lograr un trabajo, que si bien puede tratarse de rango inferior, le proporcionará un salario impensado en su país de origen. Es tal la magnitud de la inmigración de mexicanos, que ya superan el 10% de la población de los Estados Unidos, establecidos principalmente, y esto resulta paradójico, en los territorios que México perdió en la guerra con el vecino del norte entre 1846 y 1848.

Al flujo de migrantes nacionales se ha sumado la de miles de centroamericanos, que viviendo asimismo en situación de pobreza extrema en sus países de origen, optan por dirigir sus pasos hacia los Estados Unidos, enfrentando los riesgos de muerte, violencia, robos, extorsiones y secuestros, al atravesar nuestro país para llegar a la frontera, de tal forma que ahora en México se realizan más arrestos y deportaciones de migrantes ilegales, que en el mismo territorio estadounidense.

El mayor drama reside en la migración infantil sin compañía de adultos, que de acuerdo a datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, sumó una cantidad de más de 60 mil menores centroamericanos y de México, que fueron detenidos después de pasar la frontera de Estados Unidos. Es difícil hasta imaginar el estado de pobreza y violencia que deben experimentar unos padres para decidir desprenderse de sus hijos con el fin de liberarlos de las infames condiciones locales.

Tiernos migrantes

*

Los niños viajan solos

Sin ositos de peluche

Sin escapularios de la Virgen del Carmen

Sin un beso tierno en la mejilla

Sin oraciones antes de acostarse

Sin tan siquiera un regaño por el lodo en los zapatos

*

Los niños viajan solos

No saben a dónde van

Siguen el camino de la gente

La sombra del que va delante

Para el hambre no hay pan

Ninguna suavidad en el paisaje

*

Los niños viajan solos

Qué les puede importar el cielo y las estrellas

Cuando en los pies revientan las ampollas

Si una vez tuvieron esperanzas

En el pavor de la noche las perdieron

Junto al significado del mañana

*

Los niños viajan solos

Y en eso ya cometen un delito

Y se hacen susceptibles del abuso

Lo que se suma a la bolsa de su culpa

A la carga de la cruz de su inocencia…

Pero su sangre mancha al mundo

 J.J. Guzmán

*

Mientras tanto, las estructuras del poder de la gran la capital del dinero especulativo, de la fabricación de armas, del consumo de drogas, la Gran Babilonia, levanta muros cada vez más altos, cierra sus fronteras con apoyo del ejército y de la tecnología más avanzada, pero con la astucia necesaria para aflojar cuando requiere unilateralmente de mano de obra barata y surtido de estupefacientes. Al bracero ilegal se le puede pagar menos y no se le conceden derechos laborales; a México y Centroamérica se le pueden vender armas para simular el combate contra el narcotráfico. La cúpula del poder predica moral, cuida su capital y no tendrá ningún escrúpulo en incrementarlo.

En tanto, los países latinoamericanos que dan origen al flujo migratorio, viven una democracia incipiente, con un tejido social desgastado por la pobreza, violencia y marginación de la mayor parte de sus habitantes; con una clase política corrupta que cobra salarios arbitrariamente elevados y que sabe cobrar por las concesiones de los presupuestos para enriquecerse ilícitamente,  formando una élite plutócrata aglutinada en un nepotismo insultante. La esperanza no parece existir en la caja de Pandora. ¿No seremos capaces de romper estos patrones?

Las organizaciones internacionales festejan el Día del Migrante, estableciendo en sus acuerdos el respeto irrestricto a los derechos humanos de los migrantes; el reconocimiento a la contribución de su trabajo en los países de admisión; la condena al racismo, a la xenofobia y a toda tipo de expresiones de discriminación; el apoyo humano al tránsito migratorio; la propuesta de planes de regularización para los migrantes ilegales. Desafortunadamente, son acuerdos que están muy lejos de cumplirse.

Aylan Kurdi es el niño sirio cuyo cadáver salió en la primera página de la prensa de todo el mundo, inerte sobre la arena de una playa turca, y que ahora es el símbolo de la tragedia de los refugiados del Oriente Medio. El mundo se convulsiona, grandes regiones de África, Oriente Medio, América Latina, Europa Oriental, Asia, viven en un estado de injusticia social, violencia, guerras intestinas, pobreza, hambre, enfermedades, ignorancia, angustia y terror. No queda más remedio que ponerse a caminar, algunas veces hasta sin tener conciencia del rumbo, tan sólo con una pizca de esperanza en una mochila ligera a las espaldas.

A las estructuras del poder les interesan más bien las fluctuaciones de la Bolsa, si el río está revuelto, habrá ganancia para los pescadores. Imagine all the people sharing all the world? Eso es sólo para soñadores que viven en la utopía… pero la idea puede resultar también un buen negocio, mientras sea el otro el que comparta pertenencias.

Finalmente todos somos migrantes en nuestro paso por esta vida; tal vez en algunos, o en muchos existan dudas sobre la existencia de un mundo inmaterial futuro. Pero ¿qué será de nosotros si no somos capaces de obrar con compasión?