Una Colorada(vale más que cien Descoloridas)

Explotar el enojo.

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Pasaron poco más de dos décadas del furor para la firma de los tratados de libre comercio y la implantación mundial de esta actividad –mercantil y financiera- en todo el globo. En el caso particular del que incluye a México, Estados Unidos y Canadá, de ambos lados de la frontera, hubo voces críticas que vaticinaban muchas de las cosas que nos han ocurrido: aumento del desempleo, pauperización del campo, destrucción de bosques y tierras que alguna vez fueron cultivables, dependencia financiera, endeudamiento etc. Por supuesto los más ricos, los consocios- que hoy son auténticas transnacionales- los que están ciertos de que el capital carece de patria, ponderaron las ventajas que han sido también ciertas aunque para un grupo muy reducido de personas.

corrupcionA poco más de tres meses del cambio de estafeta en la presidencia de los Estados Unidos, el esquema capitalista que hoy rige al mundo ha sido, aunque sea de manera indirecta, descalificado. Un individuo con carisma y todo un intrincado equipo publicitario, trajo los argumentos en contra de tal sistema global al presente inmediato. El candidato republicano –partido afín al negocio de la guerra, las armas y con muchos miembros descendientes de una genética orgullosa del perfil ario- ha logrado aglutinar una masa enojada por la imposibilidad de pagar sus deudas, la sensación de marginación y de inseguridad debido a su condición de pobre, no blanco y sin reconocimiento a pesar de su esfuerzo laboral. ¿Le ha tocado un oficial de aduanas o migración de origen latino que le trata mal cuando llega como turista a los Estados Unidos?

En Europa, las cosas no son muy diferentes. La primera gran sacudida se originó en Grecia y la salida de la Gran Bretaña, les tomó casi de sorpresa. Los motivos de los molestos van desde la inmigración “que los desplaza”, la inseguridad, otra vez el tema laboral y como en todos los lugares de intranquilidad una crítica feroz en contra de quien sea el gobernante en turno. Por supuesto México no podía tocar mal las rancheras y como el mundo se ha globalizado, desde Argentina hasta Canadá centenas de connacionales marchan, critican, denuncian a nuestro presidente además de meterlo en el costal de los homicidas, los autoritarios, los corruptos. ¿Sabía Usted que desde el sigo VI antes de Cristo, la corrupción era algo inherente a los gobiernos? ¿A quien considera más corruptos a los sátrapas del imperio Persa o a los recaudadores fiscales del siglo XXI? A esta burocracia que cobraba impuestos y hacia cumplir las leyes en 20 provincias les “colgaron” un ejército de confidentes denominados “los oídos del rey”, con funciones como lo que hoy día pretenden las leyes anticorrupción.

Salvo la inmediatez de la información resultado de los avances tecnológicos, no hay mucha diferencia entre el ayer y el ahora. Existen secretos de estado, información que se maneja ad libitum para consumo de los pueblos, traiciones, envidias, venganzas –a veces inesperadas- y sobre todo una cíclica actitud humana de destrucción colectiva. Las dos guerras del siglo pasado, la hambruna soviética o de países de África, los colapsos de los imperios romano, otomano, mongol o ruso, el holocausto judío, la inquisición española, la esclavitud y muerte de humanos de color negro, las guerras civiles en USA y América Latina, África etc., son apenas algunos ejemplos de cómo “el hombre es el lobo del hombre” cuando de eventos de destrucción masiva se trata. Sin embargo; a pesar de los millones que murieron por estas acciones y peor aun los fallecidos por enfermedades –como la viruela en México- o la peste en Europa- o el uso desproporcionado del entorno, como al parecer ocurrió con los mayas; aquí seguimos, heredando lo mismo el gen homicida de Caín, que los principios filosóficos griegos, la búsqueda de justicia divina del judaísmo ortodoxo o el amor pregonado por Jesucristo.

globalizaci_n2Dos eventos mundiales parecen decirnos que la agenda está por cambiar: el uno es la celebración de misas católicas, con asistencia de fieles musulmanes tanto en Europa, como en las otras regiones del planeta, incluida la euro-asiática y la llamada del medio oriente. Hoy el discurso de la candidata demócrata a la presidencia de USA -con energía y con una sonrisa que sus detractores dicen que no mostraba- insiste en que el pueblo americano no está en crisis, no está desunido, sí tiene héroes, sí ha tenido momentos rescatables en la historia y sí sabe a amar a su congéneres sin distingo de raza, color, credo o género. Quizá ello se deba a que mentes brillantes han logrado la atención de un grupo “invisible”, que desde que el mundo es mundo mueve a quienes toman las decisiones. Desde el sabio experimentado de las tribus primitivas pasando por el consejo de ancianos que rodeaba a Salomón y todos los consejeros que ha registrado la historia hasta los grupos mundiales –de 7, 20, o los reunidos en ciudades alemanas o en universidades americanas- parecen empezar a entender que si no se da un golpe de timón el riesgo de llegar al borde la extinción es inminente. Reconozcamos a la mentes brillantes por no haber dejado de analizar y publicar sus percepciones; apoyemos en lo necesario para que aun los más irritados se convenzan de lo inconveniente de una confrontación que no tenga retorno, asumamos que esto es el mundo y no el paraíso; ni Obama, ni Peña, ni Holland, ni Dilma ni ninguno de los actuales líderes nacionales son perfectos; pero a final del día son los que llegaron por un proceso democrático a la responsabilidad que cumplen y al democracia se sabe no es lo óptimo, aunque hasta en tanto no encontremos un mejor sistema lo que a todos nos conviene es apoyarlo; y atención apoyarlos no significa decirles que sí a todo, sino implica estar dispuesto a opinar –aun cuando sea en disidencia- de manera respetuosa, tanto a la investidura como al derecho de los otros.