A cien años de su promulgación, expone rector de la UG una visión crítica de la Constitución

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“La Constitución de 1917 y sus reformas, con especial enfoque en el sistema penal” fue el título de su presentación, que tuvo como escenario el Salón del Consejo, en el Edificio Central de la UG.

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REDACCIÓN/Guanajuato, Gto. 17  de octubre de 2017.- “La Constitución es un legado histórico, político, ideológico”, es también un instrumento político, sostuvo el Rector General de la Universidad de Guanajuato (UG), Dr. Luis Felipe Guerrero Agripino, quien participó con una conferencia magistral en la edición 45 del Festival Internacional Cervantino (FIC).

Asistentes (Foto: UG)

“La Constitución de 1917 y sus reformas, con especial enfoque en el sistema penal” fue el título de su presentación, que tuvo como escenario el Salón del Consejo, en el Edificio Central de la UG.

Doctor en Derecho y especialista en el ámbito penal, el Rector General de la UG hizo un recuento de la Carta Magna, documento que a lo largo de un siglo ha tenido más de 600 reformas. Si se hiciera un promedio cuantitativo, reveló, encontraríamos que ha sido modificada 2 veces más que cualquier constitución, de cualquier parte del mundo.

En principio, se refirió al contexto en el que se elaboró la Constitución; un momento histórico en el que estaba presente el peso de una invasión extranjera, “veníamos de guerras civiles, de una dictadura, había un gran reclamo de justicia social, en torno al rezago y la pobreza extrema”.

El Dr. Guerrero Agripino subrayó el loable esfuerzo de los constituyentes que elaboraron la Carta Magna de 1917, documento que superaba las grandes aspiraciones de su tiempo, y que logró posicionarse como la primera constitución del mundo con una orientación social.

No sólo rescataba ideas como el equilibrio de poderes, sino de los propios límites de esos poderes públicos hacia los gobernados, y reconocía ámbitos de desarrollo para la persona, como la educación, detalló.

En su exposición hizo un repaso de algunas de las modificaciones al texto constitucional que, desde su perspectiva, han sido particularmente relevantes, tales como el reconocimiento del derecho al voto de la mujer, la autonomía universitaria, las reformas en materia de derechos humanos, el régimen anticorrupción y transparencia; y se detuvo especialmente en el análisis de las implicaciones del nuevo sistema penal.

Hay quien dice que para saber qué tan democrático es un país, basta evaluar el sistema penal, sus procesos penales, porque revelan cómo actúa el poder público en relación a quien ha infringido a la norma penal, señaló el Dr. Guerrero.

Sobre la reforma de 2008, que transformó el sistema penal en el Estado Mexicano, señaló que va más allá de la transición a la oralidad; “uno de los principales principios del nuevo modelo es el de presunción de inocencia”. Por ello, no se trata de un esquema de permita abatir la criminalidad, “porque el proceso penal opera cuando el hecho ya se cometió”, por tanto, no está enfocado a la prevención, explicó.

En ese sentido, subrayó la importancia de reflexionar sobre qué se va a proteger a través de la instancia con mayor nivel de violencia institucionalizada, que es el Derecho penal. Asimismo, insistió en que éste debe ser el último recurso, e intervenir sólo cuando los otros mecanismos han fracasado.

Para finalizar su análisis, el Rector General de la UG sostuvo que nuestra Carta Magna “es una gran Constitución de 1917”, pero consideró que a lo largo de cien años ha habido un abuso en el número de reformas, por diversos factores, entre ellos, el querer incorporar en la Carta Magna coyunturas políticas; también debido a que se ha querido hacer del texto constitucional un programa de gobierno; y porque ya está saturada, cargada de preceptos que deberían estar en reglamentos o leyes secundarias.