Histomagia

La cama de los compadres

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Esos caminos subterráneos hacen que las leyendas vengan y vayan y, además, porque es parte de la cultura visual del guanajuatense.

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Guanajuato es una ciudad mágica que siempre tiene sus encantos. Miles de personas la visitan y quedan fascinados por sus calles diminutas, sus construcciones magnas que lo representan en el mundo: el Teatro Juárez, el Edificio Central de la Universidad, los Muros enormes de la Mina de Rayas, la escultura de El Pípila, su Alhóndiga, la Basílica Colegiata de Guanajuato, por mencionar algunas. Vivir en esta ciudad es siempre estar atentos a la diversidad cultural que, por ser centro universitario, se presenta tanto en teatros como en plazas dando la bienvenida al turista y  seguridad a los cuevanenses quienes, orgullosos, se sienten contentos de ser representados por los diferentes artistas que tienen proyección internacional.

La arquitectura existente confirma entonces que esta ciudad es mágica porque un sinfín de túneles la mantienen en pie, esos caminos subterráneos hacen que las leyendas vengan y vayan y, además, porque es parte de la cultura visual del guanajuatense.

Recién mis amigas y yo tuvimos una reunión en donde hablamos largo y tendido precisamente de esa belleza mística que tiene la capital del estado; sin embargo, platicamos también de las muchas leyendas que conforman, ante sí misma y ante el mundo, un mosaico cultural que revive y se pone en acción cada madrugada por las callejuelas y callejones, pues al parecer los espíritus no descansan ni una sola noche, sobre todo, esas almas se abocan a subirse a los mortales para poder dar cuenta de su poder.

Pareciera que entre tantas historias la llamada subida del muerto se vuelve un lugar común, pero no, su significado no se desgasta en tanto hay muchísimas personas que aquí han vivido, a veces, una y otra vez, el terror de ser objeto del deseo de los muertos. Dicen los que saben que esos seres incorpóreos seguro andan buscando un alma para comunicarse con ella y decir los que les faltó hacer aquí, o en muchos de los casos, es para decir en dónde dejaron el dinero enterrado o lapidado en las casa antiguas de Guanajuato.

Así que me cuenta una de mis amigas el cómo fue que su familia y ella fue molestada muchísimas veces por el espíritu de un señor que no mermaba en su objetivo de hablar con alguien de esa familia, pues ellos ahora habitaban la casa que fuera en otrora tiempos de ese señor, por lo que finalmente accedieron a escucharlo.

Me cuenta que una vez a ella se le subió, pero mi amiga por el susto no reaccionaba sólo escuchaba cerca de su oreja una especie de murmullo apagado pero sí impetuoso, al grado que le era molesto y mejor decidía mandarlo a “la cama de los compadres” pues dicen los que saben que para los muertos el compadrazgo es sagrado, por ello el sólo sugerir una actitud sexuada entre compadres, los hacía volver al lugar de donde salieron.

Una madruga mi amiga hizo lo que su tía le dijo que hiciera: dormir con una medallita de San Benito debajo de su lengua, pues es la manera en que tu lengua se destraba y puedes comunicarte con los muertos y saber su requerimiento. Cuando ya estaba a punto de dormirse, cubierta con sus sábanas, comenzó a escuchar cómo alguien, un hombre, le hablaba y le decía que el dinero estaba en el muro frontal de la cocina antigua que estaba en el patio de atrás, que escarbara ahí y todo ese dinero él se lo dejaba a ella, pues en vida no había tenido hijos y ahora decidía entregárselo. Mi amiga, memorizó lo dicho por este ser y, a la mañana siguiente, le contó a su mamá lo acontecido. Su mamá le dijo que ella no creía en esas cosas, pero que si quería intentarlo -sólo para comprobar que no era cierto- no había problema. Mi amiga, en la soledad de la noche, fue a buscar esa pared y decidió derrumbar lo poco que quedaba en pie, y cuál va siendo su sorpresa que efectivamente, ollas con centenarios estaban ahí, ante sus ojos. Ella estaba segura que vivía un sueño, pero no, todo estaba sucediendo en realidad. Corriendo le habló a su mamá quien se quedó atónita ante lo vivido y ante el tanto dinero encontrado.

De sobra está decir que le cambió la vida a la familia de a mi amiga, que es una de las más poderosas de por aquí, su riqueza ha sido su talismán de la buena suerte, ¿quieres conocer toda la historia y lo que le ha sucedido hasta hoy? ven, lee y anda Guanajuato.