Todología con Maiself

Editorialistas del diablo

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A Volvió a poner un título provocador. Ya se me hacía raro que los hubiera guardado. Se ve que están en su adeene escritural.

B ¡Qué quiere usted!, la cabra tira al monte…

A Quiero pensar que se inspiró en la película El abogado del diablo, en la que actúan Keanu Reewves, de abogado cooptado, y Al Pacino, como el Diablo.

B Así es: sustituya y pluralice al abogado por editorialistas, y sustituya y pluralice al Diablo por cuanto político encumbrado, entiéndase embarrado, conozca, y habrá despejado esa ecuación metafórica del título.

A ¿Quiénes son esos editorialistas del Diablo?

B Todos aquellos que lavan, por comisión, halagando,  o por omisión, silenciando fechorías, la imagen de algún político, y dependiendo de qué tan alta es la cima del sistema político que habita aquél a quien le maquillan su desempeño, podríamos hablar de editorialistas de angora, los everestianos, y editorialistas corrientes, los montañinos.

A ¡Nombres! ¡nombres!

B ¡Híjole! La nómina es muy extensa, pero los más venenosos son el salinista Héctor Aguilar Camín, Jorge Castañeda Gutman y Carlos Marín, este último, renegado de Proceso, quienes se afanan en televisión y periódico, por ser los más picudos lambiscones.

A Es que son los mejor pagados: sus chayotes son más bién sandías: imagínese de cuanto no serán los depositotes que les llegan puntualmente a sus malolientes cuentas.

B Y uno aquí, escribiendo de a grapa…¡es broma, es broma!

A Sí, de a grapa pero con libertad y con la conciencia limpia, sin cochambre. ¿Y López Dóriga y Alatorre?

B Ellos también huelen a azufre. Y los hay ladinos y ladinas, como Denisse Dresser, que navegan con bandera de crítica, desaprobando, a toro pasado, las suciedades de los encumbrados, para vender caros los enmudecimientos de sus plumas, y legitimar sus vapuleos a los disidentes. O muchos dizque arrepentidos, como Zabludowski (qepd), que, cuando les retiraron el chayote, cambiaron el tridente por la sotana a la que nunca le pudieron quitar el color rojo averno

A Entonces, ¿nadie se salva de estar mefistofelizado?

B Sí, aunque muchos han sido asesinados, porque rechazaron la plata y recibieron plomo. De entre los vivos más notables, son luminosas excepciones algunos editorialistas de Proceso y de La Jornada, quienes, paradojicamente, son satanizados por las huestes periodísticas de Belcebú que antes le mencioné. Y hay muchos otros editorialistas honestos que desde sus modestas trincheras salvan el honor del gremio y orientan valientemente a la opinión pública.

A Menos mal que no todos vendieron su alma al Diablo.

B Sí, es muy meritorio resistir las tentaciones del big varo.