Histomagia

Árbol espectral

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Se asomó por la puerta que da al terreno amplio que tienen en la parte de atrás de su casa, donde hay varios árboles, pero destaca uno frondoso en el límite de la propiedad…

Guanajuato ya ha crecido mucho, la zona sur prácticamente se ha unido con las comunidades que rodean el municipio, así que los habitantes de tales áreas, vienen y conviven de manera regular con la gente nacida en la capital. Cuevas es un área conurbada que en el pasado tuvo su historia como refugio de los creyentes en la época cristera, las cuevas que le dan su nombre, sirvieron como escondite; ahora esas cuevas están abandonadas y guardan muchos secretos y cosas en ellas. Sin embargo, al parecer, el ser refugio para otros no la exime de haber sido uno de los lugares más embrujados de la zona.

Me cuenta mi alumno Santiago que la vida en cuevas es apasible, todos en general se tratan con respeto y viven en armonía, sin embargo, no siempre fue así. Me dice que su casa y los terrenos de la propiedad están embrujados, cada miembro de su familia negaba el hecho de que ahí habían visto seres fantasmales, espectros, visiones que los llevaban a lugares brumosos, solitarios, inexistentes en la actualidad, de hecho, me dice Santiago que para él son como viajes al pasado a donde sus ancestros los llevan para decirles el secreto de la familia que nadie quería revelar, pero que, para su desgracia, a él le fue dicho.

Santiago me dice que una noche oscura, ventosa y con lluvia, llegó a su casa, se refugió en su cuarto, se secó, se cambió de ropa y bajó a cenar. Todos ya habían cenado, él solito en la cocina, se asomó por la puerta que da al terreno amplio que tienen en la parte de atrás de su casa, donde hay varios árboles, pero destaca uno frondoso en el límite de la propiedad donde suceden cosas extrañas, y ese día él estaba por ver lo que otros de sus antepasados ya habían vivido.

Calmado el clima, salió al patio y vio cómo una pequeña luz se movía en el aire, pensó que era una miríada de luciérnagas, así que decidió seguirlas, absorto por la luz que emanaba no sintió ni se percató de que esa luz lo guiaba al final de su propiedad. Cuando llegó a su destino la luz se desvaneció, y entonces en el árbol aparecieron las cabezas de tres de los anteriores dueños de ese lugar. Paralizado por el terror, Santiago tuvo que escuchar la historia de traición que habían vivido y el cómo habían muerto en ese lugar, pues habían sido colgados en ese árbol, por traiciones de sus familiares. Él no daba crédito a lo que le decían, así que decidió intentar moverse para romper el encantamiento al que lo sometieron esos espectros, pero no lo lograba, así que mientras le hablaban ahora sí no sabe qué cosas pues se centró en recuperar la movilidad -poco a poco movió sus dedos, sus brazos, sus piernas- en ese instante decidió correr y regresar a su casa, los seres al verlo le gritaron que se fueran de esas tierras que esas tierras eran de ellos, que su infortunio los alcanzaría si no se van, Santiago sólo corría y parecía que no alcanzaba la luz lejana de su casa, cerró los ojos y escuchó un grito desgarrador que le dijo: “estas tierras están malditas”. Cuando abrió los ojos estaba en la puerta de la cocina, listo para entrar, pero ante la amenaza a su familia, volteó y vio cómo el árbol estaba como siempre, imponente, mudo y frondoso en el fondo de la casa.

Santiago me dice que no sabe cómo es que esos seres se manifestaron de tal forma, él piensa que fue un momento de locura, pero al parecer muchos de sus familiares ya habían vivido lo mismo, ahora le tocó a él, ¿quieres venir a conocer el árbol? tal vez a ti te diga algo más, la ubicación de un tesoro escondido o tal vez, sólo tal vez, te dé buenas nuevas para ti y tu vida en tu tierra lejana. Ven, lee y anda Guanajuato.