Uno de los relatos mítico-mágico que más se apega a una de las figuras centenarias es sin duda el que trata sobre el Nahual. La palabra azteca para Nahual es Nahualli (mi vestidura o piel), y se refiere a la habilidad de transformarse en una criatura mitad hombre, mitad animal (lobo, jaguar, lince, toro, águila, coyote, etc.). Desde la perspectiva maya, esta palabra se deriva de Nawalli, de la raíz Na y Nau, que significan duplicar, fluir. Los nahuales se encarnan en el animal a voluntad, se transforman solo durante la noche; como sabios, conocen el mundo de los sueños y son individuos conocedores reverenciados y con poderes sobrenaturales para proteger a los demás. La afinidad psíquica del alma entre el chamán y el animal en el que se transforma es una metamorfosis; otra es que se “fragmenta”, para lo cual se desprende, de modo deliberado, de una parte de su cuerpo: los ojos, las piernas, un brazo o, incluso, los intestinos(1).

Otra más afirma que el cuerpo dormido del brujo permanece en su casa, mientras su espíritu vaga en la figura de animal. En este caso, para evitar que alguien toque su cuerpo dormido, el nahual debe dar siete volteretas. El asunto es que aquí en Guanajuato es común la aparición de nahuales, sobre todo en las comunidades circunvecinas o en las nuevas colonias fuera del centro de la ciudad.

Una amiga me cuenta que por su casa, en un fraccionamiento que habla de mineral, una vecina suya, cuando salió a correr muy temprano por la calle principal, de repente, vio cómo de Cúpulas venía volando un ave muy grande que cubría todo el ancho de la calle, lo increíble era que su rostro se veía totalmente humano, al parecer estaba en la conversión de nahual a persona, pues ya eran las seis de la mañana; ella sólo atinó a esconderse muerta de miedo abajo del carrito de la señora de la tienda, pero eso sí viendo como de a poco ese ser reducía drásticamente su tamaño y sus plumas desaparecían para convertirse en piel humana. No observó toda la transformación, por el intenso miedo y horror que le provocó dicha visión, pero ella asegura que el nahual vive en la Yerbabuena, una comunidad cercana a ese fraccionamiento.

Otra conocida me narró algo inexplicable para ella, pues como maestra trata de ser objetiva en lo que observa. Cuenta que una noche que iba en un taxi vio como a dos perros peleando bravamente en pleno centro de la carretera, el taxista intenta no pegarles con el auto, sin embargo no lo logra y avienta a los dos animales. Rápidamente se bajan a observar a los pobres animalitos y cuál fue su sorpresa que ven a una mujer desmayada, desnuda y ensangrentada con diversas heridas, y a su lado atrozmente mordido a un perro. De inmediato suben a la mujer herida al taxi y la llevan al hospital donde la atienden y dan parte a la policía. En eso están, que no se dan cuenta que la señora toma conciencia y escapa de la clínica. Misterio, jamás se encontró a la mujer. Del otro perro, regresaron a buscarlo en el lugar del accidente, pero ya no había nada. Ella y el taxista insisten en que eran dos animales peleando, pero, dadas las circunstancias resulta que una era nahual que de seguro, como dicen los antiguos, estaba protegiendo a algo o alguien.

Historias diversas suceden en los caminos de Guanajuato, pero lo que el pensamiento mágico nos dice son cosas que suceden con más frecuencia de lo que pensamos. ¿No me crees? ven, lee y anda los caminos de Guanajuato.

*[1] Camacho, Blanca Adriana y Chico Sánchez “Nahuales: hombres del conocimiento” en Pueblos antiguos, culturas del mundo. {En línea} Recuperado el 2 de octubre de 2019 de http://www.pueblosantiguos.com/2013/04/nahual.html#sthash.62303z3Z.dpuf

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