Erwing Goodman, por allá del año 1956, nos mostraba cómo usar la representación teatral en la vida cotidiana —afirmando que cada uno de nosotros transmitimos hacia los demás el papel por el cual queremos ser recordados — , en su estudio sociológico «La presentación de la persona en la vida cotidiana». Importante es también saber que para que esa misma
interpretación tenga éxito, debe respaldar la forma al fondo.

Cuando queremos tratar de generar una percepción, la comunicación verbal es la que menos nos sirve en el corto plazo. Como criminólogo, al realizar análisis forenses del comportamiento, es importante dilucidar la comunicación no verbal de la verbal, para describir profundamente el mensaje. Existen, entre otros, dos elementos importantes para sacar a la luz la verdad en un mensaje frente a la interpretación del mismo.

El primer elemento es la voz. Los indicios más comunes para conocer si estamos presenciando un engaño son las pausas demasiado largas o frecuentes en el mensaje, así como pausas menores durante el discurso, acompañadas con ciertos errores en la dicción e interjecciones (este, hum) que no llegan a formar palabras. El segundo elemento es el movimiento, quizá no deliberado, como cubrir la boca al hablar (por ejemplo, tocándose la nariz), mover la cabeza negativamente (aunque estemos diciendo que sí verbalmente) o levantar los hombros — movimiento corporal que usamos cuando no nos interesa un tema o no sabemos del mismo — , aunque afirmemos que conocemos o nos comprometemos con un tema en particular.
Estos son detalles que, entre muchos, podemos utilizar para conocer el comportamiento de nuestro interlocutor. Una cátedra maestra de ello lo vivimos todas las mañanas, en la presentación de los otros datos del Presidente de la República.

Esta semana, entre otros temas que usted, querido lector, habrá escuchado repetidamente, destacan los relacionados al desprecio a la lucha y los derechos humanos de las víctimas de la violencia transexenal, al desabasto de medicinas desde la ineficiencia del actual gobierno, de las matanzas en Guanajuato, del corona virus y la negativa al envío por nuestros connacionales a China, de la burla con la rifa del avión presidencial, del peláo que se bajó del avión donde volaba el Presidente, de la negativa (otra vez) de investigar a Bartlett (otra vez) y de la defensa de que el PIB no es importante, defendido posteriormente por oleadas de bots porque Stiglitz (no Hugo, sino Joseph, el Premio Nobel de Economía), afirmaba que esta medición era incorrecta.

Y en esto, la crítica de Stiglitz, y de todos los bots y aplaudidores que replicaron el mensaje donde se afirma que lo importante es el bienestar, y no el PIB, tienen toda la razón.

En su informe « Mismeasuring Our Lives: Why GDP Doesn’t Add Up », de hace cerca de 10 años, Stiglitz establecía que el Producto Interno Bruto no es una buena medida del bienestar, ya que si sólo nos concentramos en el bienestar material (por ejemplo, en la producción de bienes, más que en la salud, la educación o el medioambiente) nuestra visión se vuelve distorsionada, ya que nos volvemos más materialistas. Bastante más se jode la cosa cuando se integra el cálculo del tráfico de drogas en esta medida, como en su momento lo realizó la Unión Europea.

Posterior a lo anterior, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (organismo de expertos fifís), tomó la iniciativa de crear el Índice para una vida mejor, formado por una variedad de métricas que reflejan mejor aquello que constituye y promueve el bienestar. Punto nuevamente para la defensa del discurso Presidencial.

Podemos observar esta medición de Bienestar, donde Noruega está en primer lugar, y México se encuentra en el segundo. No dudo que de este sitio provengan los famosos «otros datos». Sin embargo, quizá luego de tocarse la nariz, al Presidente se le olvidó comentarnos que estamos en segundo… pero de abajo hacia arriba.

Lo anterior lo puede encontrar en el siguiente link: http://www.oecdbetterlifeindex.org/es/#/11111111111

Por favor, que alguien le explique.

Postdata: Reino Unido ha salido oficialmente de la Unión Europea. El Brexit, aquel movimiento que inició desde la manipulación de la percepción de las personas en las redes sociales apoyado por Cambridge Analítica —despacho del cual también se habló en las elecciones de Estados Unidos y de México— , es hoy una permanente realidad.