PARA EVITAR que el famoso coronavirus llegue al Congreso del estado de Guanajuato, se dispusieron una serie de medidas en las sesiones de pleno, entre ellas destaca la desinfección que hace una de las trabajadoras del área de limpia, ya que entre cada orador en tribuna, pasa a hacer una limpia concienzuda de micrófono y de la superficie donde los legisladores reposan las manos mientras están en pleno discurso.
Otra de las cosas que cambiaron, fue que al final de cada participación ya no reciben el apapacho los diputados oradores de sus compañeros de bancada, porque no era raro que al terminar su pieza hicieran un recorrido, recibiendo abrazos, besos y felicitaciones por su participación en la “tribuna más alta”, como partiendo plaza.
SIN EMBARGO, lo que no hacen los legisladores es guardar la sana distancia ni entre ellos ni con sus brillantes asesores.
Menos en el elevador donde viajan en grupos al segundo piso donde están sus cuarteles parlamentarios o directo al sótano donde están sus vehículos.
Tampoco llevan porras para que les aplaudan, porque la zona del público quedó como área restringida.
Tampoco se ha visto a los diputados y asesores del Partido Verde en el área del comedor, donde se reunían con regidores capitalinos para ir delineando la estrategia para los procesos internos, en otras palabras para repartirse el pastel, que no el del postre.
A LOS QUE LES LLOVIERON críticas muy justificadas, fueron al secretario del ayuntamiento de la capital, Héctor Corona León y a la esposa del gobierno capitalino, Samantha Smith Gutiérrez, porque resulta que por ahí en sus redes sociales presumieron su asistencia a un concierto de Sosa Stereo en el foro Sol de la ciudad de México.
Esto, porque más allá de que hayan asistido en sus tiempos libres o personales, lo que se han estado recomendando de manera insistente por las autoridades de Salud, es no acudir a conglomeraciones y ahí al concierto, nada más asistieron alrededor del 20 mil personas. Ni cómo ayudarles, diría el clásico.
