Resêt

La mirada, una experiencia extraordinaria

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Como un reconocimiento a nuestro colaborador y amigo, Pablo Aguilera Villaseñor, cuyo deceso aún nos conmueve, volveremos a publicar en los días que siguen las nueve colaboraciones que escribió entre 2014 y 2015. Bajo el título genérico de Resêt, en su columna dio un repaso a cuestiones atemporales, sin embargo de interés y necesidad para una época de cambios que él percibía tan inevitables como bienvenidos, cuestiones en mucho acordes a las exigencias de la actual circunstancia. Volvemos a entrar en contacto, así, con el flanco humanista que fue tan característico de Pablo, de quien retenemos la alegría ante lo que ofrece la vida.

 

Publicado el 31 de diciembre de 2014

Nos muestra, indudablemente, el reflejo de nuestra alma. ¿Cómo? Es un tanto difícil explicarlo, pero es así de simple describirlo. En una mirada encontramos la alegría, la tristeza, las inquietudes, los miedos… expresamos en un instante “eso” que somos en nuestro interior. Pero, ¿cómo es que esto sucede? Hasta donde yo sé, no hay investigaciones que intenten explicarlo. Que la mirada es la comunicación sin signos, más contundente y clara de nuestras sociedades, a mí me queda claro.

Las mujeres en México aprendieron a “miran sin ver”, esto probablemente sucede en muchos sitios más además de en mi país, en donde el acoso sexual hacia el género femenino es una costumbre, entonces la mujer no mira de frente por no responder a este acoso, absurdo generalmente.

La mirada contiene mucho más información de lo que creemos. Es un vínculo muy preciso en las relaciones humanas y más allá de las humanas. ¿Quién duda de la mirada de nuestra mascota, el perro, cuando “nos solicita” amor, juego o alimento?

En mi experiencia, en las sesiones de teatro del taller de Alonso Echánove, “las tareas” de cada actor consistieron en la expresión de sentimientos como el amor, el deseo y la muerte. En cada participación de los estudiantes, la mirada, al salir a escena, fue lo que marcó la expresión de los sentimientos que cumplían con la tarea asignada.

Para nuestra colaboración, resêt, que lleva el oculto mensaje de: re-editarnos solución êtica1, podemos manejar la mirada como “una puerta” hacia nuestra re-edición personal. Para mirar es necesario detenerse; mirar lo podemos confundir con “observar” pero yo observaría aquí que mirar y observar, son dos cosas diferentes: Mirar significa ver más allá de lo aparente, percibir el interior o la esencia de lo que está fuera del rango de la visión (400 nm a 750nm)2, en cambio observar es ver detenidamente cada detalle de lo que está allí físicamente.

Detenerse implica ubicarse y percibir el entorno en su totalidad, arriba, abajo, adelante, detrás, derecha e izquierda, por lo menos. Pero 360 grados de percepción requiere de total atención a lo que nuestro cuerpo percibe ¿es esto posible? Yo creo que sí. Esta percepción permite que obtengamos información detallada y diferente de lo que habitualmente recibimos conscientemente, nos podemos “mirar” en nuestras actitudes y, al tenerlas presentes, las podemos re-editar (resêt).

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1 De manera general, la etimología de la palabra “ética”, viene del latín ethos que significa “costumbre”, pero encontré otra versión: êthos, con acento circunflejo significa “carácter”, de aquí emerge el concepto rêset.

2 En las medidas del espectro electromagnético, la luz visible para el ser humano, se marca de los 400 a los 750 nm, es decir nanómetros; un nanómetro es la milmillonésima parte de un metro 1nm=10-9 metros.